lunes, 4 de octubre de 2010
EL AMERICANO (2010), DE ANTON CORBIJN. UN CABALLERO MUY DISCRETO.
Desde hace tiempo George Clooney viene destacando como uno de los actores más sólidos del panorama norteamericano. Considerado uno de los hombres más deseados, el intérprete podría haberse acomodado en papeles poco relevantes que acentuasen su físico y le proporcionaran buenos dividendos. Parece que prefiere no encasillarse y se arriesga a elegir buenos guiones que a veces pueden no ser del agrado de públicos mayoritarios, como sucede en "El americano", que si hubiera sido protagonizada por cualquier desconocido, habría pasado desapercibida por nuestras pantallas. En esta ocasión Clooney interpreta a un asesino cansado, que se plantea dejar atrás su vida solitaria, pero al que su pasado le persigue.
Y es que "El americano" no es una película complaciente con la gran mayoría de los espectadores, que seguramente han pagado su entrada esperando ver un thriller de acción que les deje sin respiro. Lo que van a encontrar es una propuesta insólita en los tiempos que corren, una película reflexiva, que transcurre despacio, pero que dice mucho más de lo que parece al que sepa leer entre líneas.
Los maravillosos paisajes de los Abruzzos italianos acompañan a Jack en la que debería ser su última misión. Se trata de fabricar un arma muy precisa para otra asesina como él. En el encantador pueblecito donde se refugia, no logra pasar desapercibido y, en contra de los consejos de su jefe, no puede evitar entablar amistad con el cura del pueblo y encariñarse con una prostituta local.
Como no puede ser de otra manera, sus conversaciones con el sacerdote tocan en la superficie de su alma torturada. Jack vive en un infierno permanente, recordando a sus víctimas y eternamente alerta pues su cabeza tiene precio. Sus razones para haber llevado esa vida tampoco son convincentes: "Todo lo que he hecho está justificado". Sus años de profesional del asesinato solo le han reportado soledad e insomnio. El protagonista solo se siente relajado cuando acude a un paraje apartado que es muy parecido a él mismo: hermoso, solitario e inquietante.
La tensión de Jack en el pueblo, esperando acontecimientos, se asimila a un western en ocasiones. Los primeros planos de Clooney, que dejan traslucir muchas emociones, solo pueden ser llevados a cabo por un gran actor que es capaz de sostener la película casi en solitario.
Bienvenida sea esta muestra de clasicismo cinematográfico, no en el sentido más académico del término, sino asemejado más al cine europeo de los años sesenta. Habrá quien disfrute de esta propuesta, habrá quien se aburra, pero lo que es innegable es que el director Anton Corbijn ha arriesgado y (desde mi punto de vista) ha salido ganando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La verdad es que el comentario de la película hace que tenga más ganas aún de ir a verla , creo que es necesario otro tipo de film de "acción", en el que todo no sean tiros y persecuciones. Se agradece una apuesta diferente.
ResponderEliminarBueno Juanki, pero cuidado con a quien llevas a ver esta película. Ya advierto que no está hecha para toda clase de público...
ResponderEliminarSaludos.