martes, 19 de octubre de 2010

AMADOR (2010), DE FERNANDO LEÓN DE ARANOA. MUERTE ENTRE LAS FLORES.


Cuando ví el trailer de esta película supe que no me iba a gustar. Aunque no podía sospecharlo en ese momento, se trataba de un avance de esos que te cuentan la película entera. Y es que "Amador" puede resumirse en una frase: una mujer inmigrante con necesidades económicas que al morir el enfermo que está cuidando, decide ocultar el hecho y seguir como si nada.

Fernando León puede ser calificado como el gran progresista del cine español. Para mí su mejor película es la de su debut, "Familia", todo un ejemplo de originalidad y buen tratamiento de personajes. "Barrio" trató un tema singular: la vida en la periferia de las grandes ciudades, la existencia de las clases media-bajas, aquellos que no se mueren de hambre, pero llevan una existencia de privaciones y estrecheces en otros muchos ámbitos desde la mirada de unos jóvenes cuyas actitudes recuerdan a las de uno mismo a esas edades. "Los lunes al sol" es una película desgraciadamente de máxima actualidad y de "Princesas" nada puedo decir porque no la he visto.

"Amador" es, desde mi punto de vista, un pequeño tropiezo en la carrera del director, sobre todo porque se trata de una película falta de ideas, cuyo argumento se alarga y se estira de una manera insoportable para el espectador: muchísimos primeros planos de la protagonista mientras mira a la cámara con cara de tristeza e intento de tratar muchos temas (la inmigración, la vejez, la descomposición de la familia, las condiciones laborales) sin llegar a profundizar en ninguno.

Respecto al dilema moral que plantea "Amador", desde mi punto de vista tiene un tratamiento muy tramposo, pues justifica un comportamiento deleznable: la ocultación de una muerte por motivos de lucro. Por mucha necesidad que exista de medios económicos (y en esta época muchos la sufrimos en nuestras propias carnes) creo que hay medios lícitos e ilícitos de conseguirlos y este caso pertenece a la segunda categoría. Resulta asombroso que Marcela encuentre una aliada en sus pretensiones (una prostituta muy madura cuyo humor parece sacado de una teleserie española) y que esta última casualmente tenga como cliente un embalsamador que las ayuda sin hacer preguntas.

Si todas estas acciones sucedieran en un film con un buen ritmo cinematográfico, el espectador las aceptaría, como se aceptan tantas cosas en el cine. Pero al ser la película tan cansina, uno no puede evitar ponerse a pensar en las circunstancias de la historia que está visionando (e incluso en las suyas propias) y sacar el espíritu crítico. No se puede decir que sea una mala película, pero sí aburrida y a veces lo segundo es peor que lo primero.

2 comentarios:

  1. Miguel, es de esas películas que consiguen quemarte la sangre mientras la ves. Pero que luego se siguen rumiando días después porque vamos, tiene partes tan increíbles pero creo que intentan denunciar todo sin mojarse con nada a fondo. En fin, la de Princesas como que me gustó más.

    B7s

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  2. No se podía haber expresado mejor: te quema la sangre mientras la ves. Pero a mí también me daba un poco de sueño, quizá por el calorcito...

    Saludos.

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