Si en el anterior artículo hablábamos de una relación amorosa pura, que surge de una conversación y que reafirma en su carácter noble al protagonista, aquí comentamos otro tipo de amor, un amor apasionado y tormentoso, con momentos de plenitud y momentos de hundimiento. Para el protagonista, pese a pasar de noble a pícaro, la experiencia merece la pena. Aquí el artículo:
La vida de Antoine François Prévost (1697-1763), más conocido como Abate Prévost, está llena de puntos oscuros debido a la inexistencia de suficientes documentos de la época. En algunos puntos recuerda a la del protagonista y narrador de esta novela, el caballero Des Grieux. Siendo un adolescente entró en el convento jesuita de Hesdin, pero se fugó para alistarse en el ejército, acción que repetiría unos pocos años más tarde, esta vez abandonando el convento de La Flèche. A pesar de ello, años después, retomaría la carrera eclesiástica para ser nombrado sacerdote y ejercer de predicador.
Parece
ser, como prueban las circunstancias, que su ejercicio religioso no fue
fruto de una auténtica vocación, sino un intento de encauzar su
existencia, cuyas rigideces fueron incompatibles en un espíritu libre
como el suyo. En 1730 tuvo lugar el episodio que con toda probabilidad
le inspiró la escritura de la "Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut",
cuando conoció en Holanda a una mujer caprichosa y dominadora conocida
simplemente como Lenki, que le acabó provocando la ruina, teniendo que
partir a Inglaterra huyendo de sus acreedores. Más tarde, como si de una
existencia circular se tratara, Prévost retomó la carrera eclesiástica
para volver poco después a los brazos de su amada Lenki, aunque murió
siendo prior de Saint-Georges-de Gesnes. Su epitafio podría ser una
frase de su autoría:
"Amor: un juego en el cual hay dos que pierden, el hombre y la mujer, y uno sólo que gana: la especie."
Los últimos años del reinado de Luis XIV habían sido una época austera y casi puritana en Francia. A su muerte, en 1715, siguió una época (la Regencia de Felipe de Orleans), de costumbres mucho más relajadas, donde París se convirtió en la capital del juego y la prostitución. La institución matrimonial no parece ya tan sagrada y nobles y burgueses exhiben orgullosos a sus amantes. Este ambiente fue el germen de "Manon Lescaut", publicada por primera vez en 1731, una narración que describe a la perfección el ambiente de la época.
La novela del Abate Prévost es ante todo la historia de una pasión tan ardiente como devoradora. En realidad "Manon Lescault" no es una novela independiente, sino que forma parte de un ciclo mucho más amplio, el de su autobiografía, publicada bajo el título de "Memorias de un hombre de calidad". La publicación de una novela que aludía tan explícitamente al demonio del sexo causó un gran escándalo cuando fue editada en 1733 en París. El secuestro de la edición después de ser oficialmente condenada, no hizo sino acrecentar su fama.
El relato parte de un procedimiento típicamente literario: el Abate Prévost refiere una historia que le contaron a él y así da voz al caballero Des Grieux, el verdadero narrador de sus propias desventuras. Des Grieux es un joven muy estudioso, proveniente de una buena familia, cuyo porvenir parece ser muy brillante, hasta que en su camino se cruza la bella Manon Lescaut. El amor entre los dos jóvenes surge desde el primer instante y se fugan. Ella es una joven un tanto alocada, a la que incluso no le importa galantear con otros hombres para conseguir dinero, que toma el amor como un juego muy divertido.
A partir de ese momento la vida de Des Grieux cambia por completo: las circunstancias hacen que de noble e inocente se transmute en pícaro y realice acciones que en el pasado hubiera considerado innobles: robar, estafar, darse al juego e incluso matar, todo en pos de su amor, un sentimiento que le aparta de su familia, de su destino, de las seguridades de su vida anterior a cambio de una existencia llena de inseguridades y sobresaltos, pero que le aporta algo que considera mucho más importante, tal y como razona con su amigo Tiberge:
"Seguramente me contestarán aún que se encuentran muchas penas en el ejercicio del bien, pero que no son infalibles ni necesarias; que ya no existen tiranos ni cruces y que se encuentran muchas personas virtuosas llevando una vida apacible y tranquila. Te contestaré asimismo que también hay amores apacibles y afortunados y, lo que establece una diferencia más a favor mío, añadiré que el amor, aun cuando nos engaña con frecuencia, a lo menos produce satisfacciones y alegrías, en tanto que la religión pretende que las gentes se atengan a prácticas tristes y mortificantes.
(...) Afirma, si quieres, que las delicias del amor son pasajeras, que están prohibidas, que serán castigadas con penas eternas, y, lo que aún me impresionará más, que cuanto más bellas y dulces sean, con mayor magnificiencia recompensará el cielo un sacrificio tan grande; pero confiesa que con corazones tales como los que tenemos, las de aquí abajo constituyen nuestra felicidad más completa."
"Manon Lescaut" es una novela que ha apasionado a escritores de generaciones diferentes como Alejandro Dumas (hijo), Anatole France, Guy de Maupassant o André Gide por su estilo sencillo, narrativamente impecable. Además, es un relato en el que podemos encontrar reminiscencias de géneros como la novela picaresca, por cuanto los amantes sobreviven en muchas ocasiones gracias a su ingenio y la novela bizantina, pues el amor de Manon y Des Grieux, amor no aceptado socialmente, ha de superar graves pruebas para poder consolidarse.
Pese a la amargura que subyace en el relato debido a las penalidades a las que han de enfrentar los amantes, al final, tal y como escribe Prévost, "el amor es más fuerte que la abundancia, más fuerte que los tesoros y las riquezas". Seguramente, si le preguntasen a Des Grieux, contestaría que volvería a vivirlo todo tal y como fue, porque llevó en esos años su existencia a la plenitud.
"Amor: un juego en el cual hay dos que pierden, el hombre y la mujer, y uno sólo que gana: la especie."
Los últimos años del reinado de Luis XIV habían sido una época austera y casi puritana en Francia. A su muerte, en 1715, siguió una época (la Regencia de Felipe de Orleans), de costumbres mucho más relajadas, donde París se convirtió en la capital del juego y la prostitución. La institución matrimonial no parece ya tan sagrada y nobles y burgueses exhiben orgullosos a sus amantes. Este ambiente fue el germen de "Manon Lescaut", publicada por primera vez en 1731, una narración que describe a la perfección el ambiente de la época.
La novela del Abate Prévost es ante todo la historia de una pasión tan ardiente como devoradora. En realidad "Manon Lescault" no es una novela independiente, sino que forma parte de un ciclo mucho más amplio, el de su autobiografía, publicada bajo el título de "Memorias de un hombre de calidad". La publicación de una novela que aludía tan explícitamente al demonio del sexo causó un gran escándalo cuando fue editada en 1733 en París. El secuestro de la edición después de ser oficialmente condenada, no hizo sino acrecentar su fama.
El relato parte de un procedimiento típicamente literario: el Abate Prévost refiere una historia que le contaron a él y así da voz al caballero Des Grieux, el verdadero narrador de sus propias desventuras. Des Grieux es un joven muy estudioso, proveniente de una buena familia, cuyo porvenir parece ser muy brillante, hasta que en su camino se cruza la bella Manon Lescaut. El amor entre los dos jóvenes surge desde el primer instante y se fugan. Ella es una joven un tanto alocada, a la que incluso no le importa galantear con otros hombres para conseguir dinero, que toma el amor como un juego muy divertido.
A partir de ese momento la vida de Des Grieux cambia por completo: las circunstancias hacen que de noble e inocente se transmute en pícaro y realice acciones que en el pasado hubiera considerado innobles: robar, estafar, darse al juego e incluso matar, todo en pos de su amor, un sentimiento que le aparta de su familia, de su destino, de las seguridades de su vida anterior a cambio de una existencia llena de inseguridades y sobresaltos, pero que le aporta algo que considera mucho más importante, tal y como razona con su amigo Tiberge:
"Seguramente me contestarán aún que se encuentran muchas penas en el ejercicio del bien, pero que no son infalibles ni necesarias; que ya no existen tiranos ni cruces y que se encuentran muchas personas virtuosas llevando una vida apacible y tranquila. Te contestaré asimismo que también hay amores apacibles y afortunados y, lo que establece una diferencia más a favor mío, añadiré que el amor, aun cuando nos engaña con frecuencia, a lo menos produce satisfacciones y alegrías, en tanto que la religión pretende que las gentes se atengan a prácticas tristes y mortificantes.
(...) Afirma, si quieres, que las delicias del amor son pasajeras, que están prohibidas, que serán castigadas con penas eternas, y, lo que aún me impresionará más, que cuanto más bellas y dulces sean, con mayor magnificiencia recompensará el cielo un sacrificio tan grande; pero confiesa que con corazones tales como los que tenemos, las de aquí abajo constituyen nuestra felicidad más completa."
"Manon Lescaut" es una novela que ha apasionado a escritores de generaciones diferentes como Alejandro Dumas (hijo), Anatole France, Guy de Maupassant o André Gide por su estilo sencillo, narrativamente impecable. Además, es un relato en el que podemos encontrar reminiscencias de géneros como la novela picaresca, por cuanto los amantes sobreviven en muchas ocasiones gracias a su ingenio y la novela bizantina, pues el amor de Manon y Des Grieux, amor no aceptado socialmente, ha de superar graves pruebas para poder consolidarse.
Pese a la amargura que subyace en el relato debido a las penalidades a las que han de enfrentar los amantes, al final, tal y como escribe Prévost, "el amor es más fuerte que la abundancia, más fuerte que los tesoros y las riquezas". Seguramente, si le preguntasen a Des Grieux, contestaría que volvería a vivirlo todo tal y como fue, porque llevó en esos años su existencia a la plenitud.
Manon Lescaut sorprende por su amenidad y porque nunca envejece. Las reacciones emocionales son realistas y aún son actuales. Manon, como personaje, no es la arquetípica mujer fatal, sino un personaje romántico no superado por su realismo. Es la versión golfa de la "florecilla en el fango"
ResponderEliminarMás o menos esas fueron tus palabras de recomendación y como ves te he hecho caso, sabiendo que iba a estar frente a una buena lectura una vez más. Muchas gracias.
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