domingo, 10 de julio de 2011
AJUSTE DE CUENTAS. COMO CONSEGUIR TRABAJO EN DIEZ DÍAS.
No suelo ver televisión prácticamente nunca. Antes, de vez en cuando veía un programa muy interesante de la cadena Cuatro, llamado "Hermano mayor", donde un valiente se enfrentaba a las fuerzas desatadas de la maldad humana en forma de hijos díscolos que, embravecidos con una combinación de porros y otras drogas en el cuerpo, tiranizaban a sus padres a base de pedirles dinero para sus vicios, bajo amenaza (muchas veces cumplida) de ir destrozando la vivienda familiar hasta sus cimientos.
Ayer puse la tele a esa misma hora y el programa había cambiado, pero este se me antojó aún más interesante, pues si en el anterior la gente común se creía libre en general de los males extremos que se mostraban, en este muchos de los espectadores pueden sentirse identicados con las historias que muestra la pantalla. "Ajuste de cuentas" está presentado por el ex baloncestista Curro Ávalos, actualmente un coach (entrenador) personal de éxito, especialista en ese término tan difuso como es la motivación. He visto algunos vídeos suyos y he de reconocer que se trata de un gran comunicador. Conozco algo del mundo de los recursos humanos y sé que el coaching es una de las alternativas que usan las empresas para despertar a algún empleado importante cuando se encuentra afectado más de lo normal por las angustias del mundo laboral. Todo esto tiene mucho que ver con la moda del pensamiento positivo, de enfocar los deseos como paso previo a conseguir los objetivos. Supongo que en la profesión habrá de todo, desde gente honesta e inteligente hasta pseudopredicadores de verbo florido y resultados mediocres.
El programa del viernes nos presentaba el caso de cuatro jóvenes que llevaban una cantidad obscena de meses en paro en esta dolorosa España de hoy. Uno de ellos era el dueño de la casa donde vivían todos juntos y el banco estaba a punto de embargársela, junto a la de sus padres, que firmaron un aval seguramente sin pensar demasiado en las consecuencias, pues antes los tiempos eran más alegres. Lo cierto es que la angustia reinaba en esa casa y esa misma angustia paralizaba a sus habitantes, que esperaban su destino con una mezcla de fatalidad y miedo. Pero un día Curro Ávalos llamó a su puerta y se dedicó a ponerles las pilas.
Supongo que como coach experto, Ávalos tendría sus motivos para actuar como actuó, pero yo lo único que sentí como espectador es que el hombre les dedicaba una bronca tras otra a los pobres desempleados y les llamaba vagos. Les culpabilizaba todo el tiempo de su situación y llegaba a enseñarles una representación de la tumba de los padres del protagonista. Les daba diez días para encontrar trabajo, si no llegaría la hecatombe. En un determinado momento les llevaba a visitar el despacho de lujo de unos expertos financieros vestidos como pijos que les confirmaban que sin ingresos no podían pagar la hipoteca y que les ofrecían como solución buscar un trabajo. Los jóvenes lloraban, se reconocían ante la cámara como inútiles y se dedicaban a responder a ofertas de trabajo de cualquier cosa y a dejar currículums en empresas de la más variadas actividades. A veces yo llegaba a pensar si alguno no se le suicidaría al responsable del programa, ante el negro panorama que les mostraba continuamente.
El momento estelar llegó cuando Curro Ávalos les anunció que iban a gozar de una entrevista de trabajo con un conocido empresario del sector de la restauración en unos segundos. La cosa consistía en que debían correr hacia un lujoso Mercedes negro donde les esperaba el que podría llegar a ser su futuro patrón, vestido impecablemente con su traje y echando miradas condescendientes, cuando no algo despreciativas, a los candidatos. Todos realizaron desastrosamente la entrevista. Lo cierto es que a mí, o a cualquiera, le hubiera pasado lo mismo. Uno de los chicos comentó que se había sentido como una mierda frente al esplendor del triunfador.
Llegan los últimos días, el tiempo apremia. Según nos informa una voz en off, los chicos espabilan y dedican todo el día a la búsqueda de empleo. Curro Ávalos les echa las últimas broncas, les hace mirar al abismo (desde mi punto de vista no hubiera estado mal también un poco de motivación positiva para que los chicos fueran conscientes también de sus virtudes y no solo de sus defectos) y ¡oh milagro! cuando está a punto de acabarse el plazo comienzan a encontrar trabajo. La última escena es impagable. Están todos reunidos en el salón y Curro Ávalos le anuncia a uno de ellos que tiene una llamada telefónica: es un empresario que quiere que comience a trabajar para él en labores de mantenimiento. ¿Pero cómo que llamaron a Curro antes que al candidato? ¿No habrá tenido nada que ver el programa en tan oportuno final? Lo más divertido es que en los agradecimientos del final pueden leerse los nombres de algunas de las sociedades que han empleado a los tres chicos que encuentran trabajo.
Realmente no dudo de que los métodos de Curro Ávalos sean positivos y den buenos resultados, pero como espectador me queda la duda razonable (por no decir certeza) de si el programa no ha intervenido para que ciertas empresas ofrezcan empleo a los protagonistas a cambio de la mención del final. Eso desvirtuaría todo lo anterior, pues el objetivo no habría sido conseguido únicamente por el esfuerzo de los desempleados y su coach, sino por otros medios. Hoy día, por mucha motivación que haya por medio, es prácticamente imposible en España conseguir un puesto de trabajo en diez días. Y menos tres. Y menos aún si los candidatos son tan inútiles como se nos ha hecho ver durante todo el programa. Parece que el mensaje final sería este: en España el que no trabaja es porque no quiere. Un insulto para las personas que se esfuerzan cada día en conseguir un trabajo en medio de una crisis tan severa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No he visto el programa, por lo que no puedo comentar sobre el. Solo quiero decirte que estoy de acuerdo en tu última reflexión. No podemos ir por la vida tachando de vagos a 5.000.000 de personas y quedarnos tan panchos!!! Habrá de todo, claro está. Pero si hubiera 5.000.000 de coaches, trabajando con esos 5.000.000 de parados, estoy segura que no encontrarían trabajo en 10 días!! Si fuera así de simple.......
ResponderEliminarDeberías verlo, a ver si estás de acuerdo conmigo, hay un enlace en la página de Cuatro. Sigo pensando que la resolución final, cuando encuentran trabajo es fraudulenta (aunque me siento feliz por los protagonistas), pero no lo hacen gracias al entrenamiento. Para eso hubieran necesitado mucho más tiempo.
ResponderEliminarSaludos.
Magnífico artículo. Una vez vi un programa parecido en el que un individuo (no sé si era el mismo) se dedicaba también a humillar y ridiculizar en público a unas personas en situación angustiosa, que lo soportaban todo porque estaban desesperados y confiaban en obtener algo de los de la tele.
ResponderEliminarTambién recuerdo el programa ése de una pedagoga que se dedicaba a amaestrar niños problemáticos y que siempre les decía a los pobres papás que los niños no tenían ningún problema real, sino que eran unos manipuladores que disfrutaban atormentando a sus padres y que estos no tenían nunca que confiar en ellos, sino imponerse a ellos.
Estamos listos... Prefiero los programas de cocina. O, mejor, no ver la tele.
Gracias Francisco. Lo de ridiculizar a la gente es casi tan viejo como la propia televisión. Lo que me subleva es que se haga aprovechando una situación de extrema necesidad.
ResponderEliminarAbrazos.