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sábado, 19 de julio de 2025

EL LIMPIABOTAS (1946), DE VITTORIO DE SICA.

Espléndida obra neorrealista, El limpiabotas pretende denunciar la situación de miseria de muchos niños inmediatamente después de la liberación de Roma en la Segunda Guerra Mundial. Giuseppe y Pasquale son dos limpiabotas que suelen trabajar para los soldados del ejército estadounidense y cuyo sueño es comprar un caballo. Un día se ven inmersos en un asunto turbio en el que son engañados para conseguir robar en un domicilio y terminan en un sórdido reformatorio. La película se convierte entonces en una especie de drama carcelario en el que los dos muchachos deben conservar su amistad en un entorno hostil en el que se encuentran hacinados y sometidos a normas un tanto arbitrarias. La película muestra cómo la desgracia se ensaña con las familias más humildes, cómo son los pobres las víctimas principales de los conflictos y de las consecuencias de los mismos. Se muestra aquí una Roma muy alejada de los tópicos turísticos, repleta de gente en la miseria que debe trapichear de cualquier manera para sobrevivir, mientras son los militares los que cuentan con bienestar material, por lo que sus posesiones alimentan el mercado negro. Los dos protagonistas son dos seres inocentes que deben comportarse como adultos, por lo que sus decisiones terminan siendo desastrosas. Una obra que puede contemplarse como un retrato al natural de una época histórica.

P: 8

jueves, 16 de febrero de 2023

IL BOOM (1963), DE VITTORIO DE SICA.

Italia también tuvo su época de desarrollismo, unos años sesenta tan caóticos como el tráfico en las calles de Roma en aquellos años. Giovanni Alberti es un tipo corriente que se ha dejado arrastrar por la vorágine económica del momento pero ha terminado llevando una vida de lujos que no se puede permitir. Como buen representante de la comedia italiana, el personaje destila carisma y don de gentes, pero el hecho de que empiece a pedir prestado a sus familiares y conocidos empieza a convertirle en un apestado, hasta que su suegro, un militar de alto rango, descubre el pastel y su mujer acaba separándose. A pesar de que Giovanni podría haber aprendido algo de esta experiencia - algo sobre el amor interesado, por ejemplo - lo único que anhela es volver a su alocada existencia de siempre, a las fiestas, a los gastos desmesurados, a vivir al día en suma buscando siempre el pelotazo urbanístico que definitivamente le haga rico. Entonces se le ofrece un negocio siniestro: donar su ojo a cambio de dinero. Literalmente, el respiro económico le va a costar al protagonista un ojo de la cara. ¿Aceptará? Todo este argumento se inscribe en el marco incomparable de una Roma dinámica en la que todo el mundo parece ir deprisa a todas partes. No es la mejor película de De Sica, pero es una joya desde el punto de vista sociológico.

P: 7 

viernes, 8 de octubre de 2021

DOS MUJERES (1960), DE VITTORIO DE SICA.

Los desastres de la guerra bajo cierto prisma neorrealista se reflejan en esta magistral obra de Vittorio de Sica. Una mujer y su hija que intentan adaptarse a las circunstancias del conflicto en zona italiana, cuando la península estaba siendo invadida por los Aliados y defendida por los alemanes y por los italianos que quedaban fieles a Mussolini. Una película dura que se transforma en crudísima al final, con esta violación que hoy día no podría filmarse en los mismos términos que lo hizo de Sica hace sesenta años. Una enorme Sophia Loren y un Belmondo que da muy bien como italiano dan lustre a una de las mejores realizaciones del autor de Ladrón de bicicletas.

P: 9

jueves, 1 de septiembre de 2011

LOS GIRASOLES (1970), DE VITTORIO DE SICA. ITALIANOS EN LA URSS.


¿Quién no ha tenido alguna vez la experiencia de que la lectura de un libro le sugiere acudir a otro del que ha encontrado referencias en el primero? Igual sucede a veces con las películas. En "El abrazo partido", que ví hace algunas semanas había una escena en la que la madre del protagonista le recomendaba ver esta película. Él accedía, a regañadientes, y como espectador se nos dejaba asomarnos a una de sus escenas culminantes. Como la tenía por aquí, seleccionada entre las que quería ver a corto plazo (Sofia Loren y Marcello Mastroianni son una de las grandes parejas de la historia del cine), fue una de las primeras que escogí, pues quería saber cual era la historia de estos dos amantes desesperados.

Es muy curiosa esta película. Comienza como la típica comedia italiana, en la que el pícaro Mastroianni se casa, en plena Segunda Guerra Mundial, para conseguir algunos días de permiso, que transcurren fogosamente junto a su flamante esposa. Pero el plazo acaba y, como buen bufón, el protagonista intenta que le declaren demente para no tener que ir a la guerra. Descubren enseguida su engaño y empieza el drama: es enviado a combatir a la Unión Soviética.

Históricamente, la expedición italiana a Rusia fue un despropósito y acabó en un desastre de dimensiones épicas. Los italianos formaban una de las alas del VI Ejército alemán durante la batalla de Stalingrado y fueron destrozados por el contraataque soviético. Su huida por los caminos nevados con los rusos pisándoles los talones fue una auténtica masacre. En estas se las ve el protagonista de "Los girasoles", que es salvado por una campesina. Esta es la primera de las inverosimilitudes de esta historia. La segunda es el viaje de su esposa a la inmensa Rusia, donde logra encontrar a su perdido esposo simplemente preguntando a la gente con una fotografía del mismo.

A pesar de todo, estos errores son disculpables, porque la película pretende ser más una descripción poética de lo que es el amor (el amor mueve montañas, suele decirse) que otra cosa. Un punto muy interesante y muy insólito en una producción como esta, es que buena parte de su metraje fue rodado en la Unión Soviética, por lo que el espectador puede asomarse a lo que era la vida en aquel país. Una imagen idealizada, claro está, porque las autoridades soviéticas no iban a permitir el rodaje de una producción crítica con su sistema, pero en la que se pueden entrever las caras de resignación de unos trabajadores que llevan una vida mecánica y sin demasiados horizontes aunque, eso sí, con su sustento garantizado.