viernes, 24 de agosto de 2018

LOS VIAJES DE GULLIVER (1726), DE JONATHAN SWIFT. EL ESPEJO DEL HOMBRE.

Durante muchas décadas se ha considerado a esta novela, fundamental en la historia de la literatura, como perteneciente a la rama infantil de la misma. En España, las ediciones que se publicaban estaban lastradas y se consideraba una lectura ingeniosa y fantástica más bien dirigida a niños y jóvenes, obviando el tremendo mensaje satírico que contienen los Viajes de Gulliver

La novela puede ser leída en varios niveles: como una mera narración fantástica y de aventuras, muy entretenida, pero intrascendente en el fondo, como una crítica - que solo podían entender plenamente quienes estaban versados en la época - de la política inglesa a principios del siglo XVIII o como una sátira mucho más profunda que abarcaría todos los aspectos de la especie humana. Los seres humanos, sean extraordinariamente grandes o pequeños, con los que Gulliver se encuentra en sus aventuras son imperfectos: someten a sus pueblos a violentos conflictos por los asuntos más absurdos (tal y como sucedía en Europa entre protestantes y católicos) y el autor registra las costumbres más absurdas que, en el fondo, son espejo de las nuestras. Solo cuando llega al país de los houyhnhnms, que son caballos racionales, descubre la sociedad perfecta, sin conflictos y empieza a sembrar en su espíritu un profundo odio hacia el género humano. Como si nos encontráramos ante un caso de mayéutica socrática, es el interrogatorio al que le someten sus anfitriones el que le hace tomar conciencia de lo monstruoso del proceder del hombre:

"Me preguntó qué causas o motivos habituales hacían que un país se alzara en guerra contra otro. Le contesté que eran innumerables, pero que le citaría sólo algunas. Unas veces era la ambición de los príncipes, a quienes nunca les parecía que tenían suficiente territorio o gente que gobernar; otras la corrupción de los ministros, que involucraban a su señor en una guerra a fin de desviar el clamor de los súbditos contra la mala administración de ellos. Las diferencias de opinión han costado millones de vidas; por ejemplo, si la carne es pan o el pan carne; si el jugo de cierta baya es sangre o vino; si silbar es virtud o vicio; si es mejor besar un madero o arrojarlo al fuego; qué color es mejor para una casaca, el negro, el blanco, el rojo o el gris, y si debe ser larga o corta, estrecha o ancha, y estar sucia o limpia, y cosas así. Y no ha habido guerras más furiosas y sangrientas, ni más largas, que las ocasionadas por una diferencia de opinión, especialmente sobre cosas indiferentes."

Y tan jugoso diálogo, que no deja títere con cabeza, sigue durante muchas páginas. Y por supuesto, nuestros sistemas legislativos no pueden quedar impunes. El texto abunda en males que siguen presentes en los pleitos actuales y la sobreabundancia de leyes tan ambiguas que pueden ser interpretadas en múltiples sentidos:

"Hay que decir asimismo que esta sociedad tiene una jerga propia que ningún otro mortal es capaz de entender, y en la que están escritas todas sus leyes, que ponen especial cuidado en multiplicar; por donde embrollan completamente la esencia misma de la verdad y la falsedad, lo justo y lo injusto; de manera que se tarda unos treinta años en decidir si el campo que me dejaron mis antepasados durante seis generaciones me pertenece a mí, o pertenece a un extraño que vive a trescientas millas."

El pesimismo que trasluce Swift en los últimos capítulos hace que el ser humano pueda ser representado más como un salvaje yahoo que como un honrado houyhnhnm. Aquí los deseos humanos más corrientes (dinero, poder, lujuria, conocimiento...) son presentados como objetivos por los que hay que pagar un precio demasiado alto, siendo la serenidad de espíritu y la honradez las virtudes más altas y las menos comunes entre nosotros. Frente a lo que asegurará Rosseau poco después, el hombre-yahoo es malo por naturaleza y la organización social no hace sino enmascarar levemente su verdadera esencia corrupta.

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