miércoles, 24 de diciembre de 2008

QUANTUM OF SOLACE, DE MARC FOSTER. DESCONSUELO



Es indudable que James Bond sigue siendo uno de los iconos de nuestro tiempo. Su carrera cinematográfica ha sido muy irregular. Los primeros títulos de Sean Connery fueron muy estimables (sobre todo Goldfinger) y aprovecharon bastante bien el material de las novelas de Ian Fleming, retratando a Bond como un agente brutal y sin compasión, que utilizaba la seducción a bellas mujeres como un método más para dar buen fín a sus misiones. El breve paso de George Lanzeby por la serie intentó humanizar al personaje, dotándolo de sentimientos, pero el poco carisma del actor y alguna ridiculez del guión dieron al traste con "007 al servicio de su majestad", una película interesante, por lo que tiene de intento de hacer algo nuevo en una saga que empezaba a repetirse a sí misma.

La llegada de Roger Moore cambió las cosas, pero a peor. Las películas se volvieron autoparódicas, cuando no directamente burlescas, quedando bien poco del personaje que concibió Fleming a pesar de algún intento de seriedad (Sólo para sus ojos). Ver a Moore cerca de la jubilación intentando hacer creíble a Bond en "Panorama para matar", es bastante risible, aunque hay que decir en su favor que destila simpatía y que hoy día sus películas se ven con agrado si no se las toma demasiado en serio.

Tras la jubilación de Moore se intentó volver a la era Connery a través de un buen actor (con mucha experiencia teatral) como Timothy Dalton. Después de un buen debut en "007 Alta tensión" en la que Bond volvía a ser un frío asesino, el desastre absoluto que supuso "Licencia para matar" (y es que la película es mala de verdad, aunque la culpa no es de Dalton), obligó a buscar un nuevo Bond. El agraciado fue un Pierce Brosman capaz de lo mejor y de lo peor. En general sus películas retratan a una especie de héroe de acción de los 90 y están llenas de explosiones, gadgets y saltos imposibles. Pero se salva la interpretación que hace del personaje en la primera parte (en la segunda parte de la película se vuelve a lo habitual) de "El mañana nunca muere", donde podemos reconocer a un antihéroe maduro, atormentado y cansado de su trabajo al que incluso intuimos un pasado.

A pesar de que el modelo Brosman no se agotó en taquilla, los productores pensaron acertadamente que había que relanzar el personaje para adaptarlo a nuestra época. El elegido fue Daniel Craig, que en "Casino Royale" realizó la que para mí es la mejor interpretación del personaje. Un Bond a la vez brutal y sentimental y sobre todo muy humano, capaz de enamorarse y ser vulnerable, al que su desmesurado orgullo le hace cometer errores y que al final de la película sale perdedor. Es, para quien no lo sepa, una especie de "James Bond begins", la primera aventura del agente secreto, cuando consigue su licencia para matar, que no había podido adaptarse anteriormente a la gran pantalla por un problema de derechos. La película es la más realista de la serie, las peleas y escenas de acción están muy bien filmadas y el físico del actor las hace creíbles. Además, a Bond se le ve sangrar y sufrir y las cosas nunca son fáciles para él. En resumen, todo un acierto que dejaba con ganas de más, de seguir hurgando en un personaje que se había vuelto extremadamente interesante, por lo que las expectativas para "Quantum of solace" eran altísimas.

Durante su rodaje había habido rumores muy interesantes: que era la continuación directa de la anterior (eso era obvio), que Sean Connery iba a interpretar al padre de Bond y que se iba a seguir por la senda de realismo y credibilidad del personaje. De estas tres afirmaciones, solo la primera resultó ser cierta y es que "Quantum" tira por la borda de la peor manera todo lo conseguido en el film anterior, volviendo a las andadas con persecuciones y explosiones sin sentido y con un héroe duro como una roca e invulnerable y poco humano, por lo que nuestro interés por él se disipa como el humo. Es una pena que hayan ido por el camino más fácil. Podrían haber ahondado en el pasado del personaje, utilizar correctamente a los magníficos secundarios de la primera parte... Para más inri las escenas de acción están rodadas de un modo penoso y es muy difícil interpretar lo que está sucediendo en pantalla, quien dispara a quien o quien golpea a quien. En fín, una oportunidad perdida. Ojalá rectifiquen en la próxima, porque el personaje y el actor que lo encarna lo merecen.

4 comentarios:

  1. Yo tampoco he entendido las buenas críticas de esta película. No me parece la peor de la serie: me parece una más, y eso que ya llevaba bastante tiempo sin ver ninguna. A mí me parece que se ha ido un poco hacia el realismo de la serie Bourne, que ya de por sí se basaba a su vez en la serie Bond. Un lío.

    ResponderEliminar
  2. Precisamente lo que más irrita es que volvamos a lo de siempre, pero quitando el glamour y las frases ingeniosas que definen a Bond y volviéndolo un salvaje omniscente. Respecto a la serie Bourne, no está mal, pero el personaje cae muy antipático y a mí personalmente me produce poca empatía.

    ResponderEliminar
  3. no estoy de acuerdo con el comentario sobre Roger Moore, que es claramente sesgado.

    siempre bordó los papeles que le dieron en la saga, que consistían en dejarse llevar por lo que los demás dijesen, correr y guiñar a veces.

    tiene el mérito de haber peleado con Scaramanga y con el falso Felipe González, y de salir victorioso del mundo vudú de Vive y deja morir. Lo que era difícil sin haber leído el guión y sin saber dónde estaban las trampas.

    sin duda, el mejor Bond y el primero que viajó al espacio en la Moonraker.

    ¿y sabeis lo mejor? pues que en el espacio le esperaba Tiburón, no penseis que se lo iban a poner fácil allí.

    inconmensurable Moore en su papel, y sin duda, el más genuino y creíble.

    ResponderEliminar
  4. Bueno, yo en ningún momento niego los méritos de Roger Moore, enfrentarse a enemigos con nombre de antiguo jugador del Málaga como Katanga tiene su mérito. También es loable el esfuerzo que hizo en "Panorama para matar" para subir la torre Eiffel por las escaleras cuando ya rozaba los sesenta y encima hacer como que esquivaba disparos.Y su enfrentamiento con Tiburón en el tren en "La espía que me amó" tras su sorpresiva salida del armario no tiene precio. Siento si en mi artículo había alguna palabra ofensiva para el gran Moore.

    ResponderEliminar