Habiendo protagonizado una existosa carrera como modelo y como fotógrafa, rodeada de los grandes talentos del momento, Lee Miller es sobre todo conocida por las fotografías realizadas durante la Segunda Guerra Mundial, llegando al nivel de lo simbólico la que se realizó bañándose en la bañera del apartamento de Hitler en Munich, como una especie de anuncio de que la pesadilla en Europa se había terminado. Para narrar una vida tan apasionante la película de Kuras se resiente de una narración atropellada y que a veces desorienta al espectador. La protagonista absoluta de la función es el personaje que compone Kate Winslet con oficio pero sin alma. A su alrededor aparecen y desaparecen los secundarios, quizá queriendo hacer ver la confusión que generó la guerra y el destino siniestro de muchos de ellos, pero todos aparecen bastante desdibujados, por lo que el espectador no llega a conocerlos en ningún momento. Además, cronológicamente la película no ofrece muchas explicaciones. En un instante determinado la protagonista está en la batalla de Inglaterra y en la escena siguiente ya se encuentra preparada para acudir a una Europa que está siendo liberada. Tampoco transmite demasiado un momento que debería ser fundamental, la liberación del campo de Dachau. Lo mejor de Lee Miller es la utilización de las fotos del personaje histórico para inspirar pasajes de la película, pero por lo demás se trata de una obra falta de profundidad y solidez biográfica en el retrato de su protagonista.
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