viernes, 29 de diciembre de 2023

PERROS DE PAJA (2002), DE JOHN GRAY. REFLEXIONES SOBRE LOS HUMANOS Y OTROS ANIMALES.

El hombre es un animal, no muy diferente del resto. Por mucho que haya evolucionado a una especie con gran inventiva y haya sido capaz de dominar el planeta entero, también seguimos siendo unos inmensos depredadores de recursos, hasta el punto de que nuestra forma de vida es responsable de la extinción de innumerables otras especies. Para Gray, los conceptos de "humanidad" y "humanismo" son ilusorios, ya que, más allá de la indudable cooperación que nos ha llevado hasta este punto, todos somos seres humanos individuales "sujetos a toda clase de trastornos de voluntad y juicio".

Uno de los puntos más polémicos - y a la vez estimulante - del libro de Gray es su acometida contra la ciencia, comparando a los fundamentalistas científicos con los fundamentalistas religiosos. La ciencia, para el autor, sirve en exclusiva al mito del progreso, como la religión ha servido en el pasado al mito de la vida eterna. La ciencia no se dedica a buscar la verdad, sino a intentar mejorar nuestras condiciones de vida, lo cual es un propósito más modesto, ya que jamás va a poder explicar ni definir el caos del universo en el que habitamos.

Como el resto de animales, el ser humano está sujeto y es esclavo de las leyes de la selección natural, por lo que el engaño y el autoengaño son normales en unos seres que se guían por su pensamiento inconsciente creyendo que toman sus decisiones en perfecta libertad:

"El humanismo moderno es un credo que propugna que, a través de la ciencia, la humanidad puede conocer la verdad y, así, ser libre. Pero si la teoría de la selección natural de Darwin es cierta, eso es imposible. La mente humana está al servicio del éxito evolutivo y no de la verdad. Y pensar de cualquier otro modo equivale a resucitar el error predarwiniano de creer que los seres humanos son distintos del resto de los animales.

(...) La teoría darwiniana nos dice que para la supervivencia o para la reproducción no se necesita el interés por la verdad. Lo más normal es que suponga una desventaja. El engaño es habitual entre los primates y las aves. Tal y como señala Heinrich, los cuervos fingen esconder sus provisiones en un sitio para luego ocultarlas en otro. Los psicólogos evolutivos han mostrado que el engaño es muy frecuente en la comunicación animal. En el caso de los seres humanos, los mejores mentirosos son los que se mienten a sí mismos: «Nos engañamos a nosotros mismos a fin de engañar mejor a otras personas», dice Wright. Es más probable creer a un amante que promete fidelidad eterna si él mismo se cree su promesa; pero no por eso es más probable que la cumpla. Cuando se compite por compañeros o compañeras sexuales, tener una capacidad desarrollada de autoengaño es una ventaja. Y lo mismo ocurre en política y en otros muchos contexto."

Pero Gray va un paso más allá y pone en duda la continuidad en el tiempo de nuestro yo individual, el elemento principal al que nos aferramos para sentirnos humanos:

"El «yo» es algo del momento y, sin embargo, nuestras vidas están gobernadas por él. No nos podemos librar de esa cosa inexistente. En nuestra conciencia normal del momento presente, la sensación que tenemos de nuestra identidad individual es inquebrantable. Este es el error humano primordial, en virtud del cual pasamos nuestras vidas como en un sueño."

Al final estamos sometidos a una especie de condena similar a la de Sísifo. La mayoría de los seres humanos están sometidos a un trabajo diario y agotador en pos de un presunto progreso, que siempre queda en el aire debido al vertiginoso aumento de la población humana. Poner coto a su número es algo que se está practicando en occidente, cuya forma de vida impide poder dedicarse a concebir y criar hijos, pero en el resto del mundo la población continua creciendo de modo alarmante, por lo que siempre estamos en estado de inquietud por falta de recursos y no faltan en la actualidad analistas que advierten de que estamos derivando hacia un colapso a cámara lenta. Al final Gray apela a la hipótesis de Gaia, como si el ser humano fuera una especie de infección en el sistema autorregulador de la Tierra, por lo que la conciencia del planeta acabará algún día con nosotros.

Se podrá estar o no de acuerdo con sus argumentos contra el antropocentrismo y el mito del progreso, pero es indudable que Perros de paja es un ensayo radical y estimulante de grata lectura, un trabajo que nos interroga directamente como seres humanos y nos hace preguntarnos, sin paliativos, acerca de nuestra verdadera naturaleza.

1 comentario:

  1. Más sobre el mismo libro
    https://unpocodesabiduria21.blogspot.com/2014/03/perros-de-paja-2002-john-gray.html

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