martes, 22 de febrero de 2022

EDUCANDO A RITA (1983), DE LEWIS GILBERT.

El profesor Frank Bryan es la viva imagen del desencanto. Es un hombre de vuelta de todo, al que no le importa llegar borracho a impartir una clase de literatura y que sus alumnos se den cuenta. Quizá esté un poco harto de visión académica de su campo universitario y quizá influya también que la mujer le ponga los cuernos delante de sus narices y no sienta nada al respecto. La llegada de una nueva alumna, a la que deberá tutorizar individualmente, creará una relación muy especial entre dos almas que en principio podrían parecer antagónicas: el profesor culto en decadencia y una joven de ambiente casi marginal que quiere educarse y ser mejor a través de la literatura. La película deviene así en una historia un poco tópica puesto que, como no podía ser de otra manera, después de una serie de malentendidos, ambos terminan apreciándose mutuamente y aprendiendo mutuamente del otro. Quizá el más beneficiado sea Frank, que parece espabilar un poco de su espiral autodestructiva y apreciar una visión mucho más espontánea - y por lo tanto más auténtica - de los libros que amó una vez. Magnífico Michael Caine y correcta Julie Walters en una película muy entretenida en la que echo en falta quizá un poco más de química entre los protagonistas.

P: 6 

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