jueves, 7 de agosto de 2014

PELO DE ZANAHORIA (1894), DE JULES RENARD. LA SOMBRA DE LA MADRE

A veces uno se encuentra con libros que le dejan desconcertado. Pelo de zanahoria es una obra venerada en Francia. Quizá no tanto como El Principito, por ejemplo, pero constituye todo un clásico de sus letras, aunque a día de hoy siga vigente la polémica de si se trata de una novela idónea para los jóvenes o solo debería ser leída por adultos.

El problema es que se trata de un escrito autobiográfico. Y la infancia de Jules Renard no fue feliz, sobre todo - como él comentaba - por las difíciles relaciones que siempre mantuvo con su madre, algo que se refleja continuamente en las páginas de Pelo de Zanahoria. En ocasiones, a pesar de la presunta ingenuidad de su escritura, hay pasajes en los que se la muestra como un ser odioso, que trata a su hijo con desprecio, cuando no de manera manifiestamente injusta, forjando en él a un auténtico rebelde, no por convicción, sino por necesidad. La vida de Pelo de Zanahoria, que debería ser sencilla, llena de placeres infantiles, se complica por los caprichos de sus progenitores y la incomprensión de sus hermanos. En casa sufre una especie de discriminación que provoca escenas tan curiosas como ésta:

"Pelo de Zanahoria, que no  tiene vaso, solo se preocupa de la limpieza de su plato: que no se produzca demasiado pronto, lo cual indicaría glotonería, ni demasiado tarde, lo que podría interpretarse como pereza. Y con tal finalidad se entrega a cálculos complicadísimos." 

No todo es resentimiento en Pelo de Zanahoria. Ni mucho menos. Para quienes lo consideran un clásico juvenil, la novela contiene muchos episodios que rebosan nostalgia por la infancia perdida. Porque, a pesar de todo, el protagonista jamás llega a perder del todo su deliciosa inocencia, lo que le emparenta a otros personajes de novelas como Mi planta de naranja lima. Así pues, mi veredicto sería que Pelo de Zanahoria es una obra que puede ser disfrutada a cualquier edad, por la bondad natural que trasluce su protagonista y por la sencillez de su planteamiento, casi una oda a la vida rural. A otro nivel, también podría ser estudiada por todo tipo de seguidores de Freud. Es lo que tienen este tipo de obras trascienden su tiempo: su mensaje acaba calando en muy diferentes clases de lectores.

1 comentario:

  1. No he leído "Pelo de Zanahoria", no obstante por tu reseña, y el hecho de haber mencionado el medio rural, creo ubicarme en el ambiente de la novela. Mis abuelos procedían de un medio rural, y fueron personas excelentes,pero no eran demostrativos del Amor que en verdad sentían por todos nosotros. Fue a través de la lectura de innumerables libros, que llegué a comprenderles y es que, como formaron parte de familias numerosas,sus padres no tenían tiempo de demostrarles su amor, su cariño.Y sí eran bastante estrictos con respecto a las labores de las que eran responsables. Solo cuando maduramos, podemos descubrir la inmensa sabiduría que nos legaron. Un saludo!

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