viernes, 18 de junio de 2010

EL MAGO DE OZ (1939), DE VICTOR FLEMING. DOROTHY EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.


Pocas películas como ésta acumulan tanta magia que se transmite intacta de generación en generación. Recuerdo que cuando la veía de niño sus imágenes me provocaban una mezcla de temor y fascinación. Extraordinaria es la escena en la que la casa voladora cae sobre el país de Oz. Cuando Dorothy abre la puerta, el blanco y negro imperante hasta ese momento se transforma en un magnífico technicolor, algo que no puede igualarse ni siquiera con nuestra actual tecnología.

Como puede suponerse, el rodaje de esta película fue muy complicado, sobre todo por la cuestión de los maquillajes, un verdadero tormento para los protagonistas. En una de sus espectaculares apariciones con fuego, la actriz que interpreta a la bruja mala estuvo a punto de morir, debido a que su maquillaje estaba hecho con cobre, que es conductor del calor.

Mención especial para una joven Judy Garland, muy inspirada transmitiendo candidez en su interpretación y alegría en sus números musicales y al perro Totó, un personaje imprescindible que rebosa ternura.

En realidad la historia de Oz tiene muchos puntos en común con la de Alicia en el País de las Maravillas: niñas que despiertan en un mundo de fantasía y han de superar una serie de pruebas para volver a casa. Solo que en el caso de Alicia hay un grado más de locura e incluso de crueldad.

4 comentarios:

  1. Debía de ser muy pequeña cuando vi Alicia. Y sí, ese grado de locura y crueldad al que te refieres me marcó tanto que algunas de sus imágenes permanecieron en mi recuerdo de manera sumamente desagradable durante mucho tiempo; nada que ver con El mago de Oz.

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  2. Me sospecho que algún freudiano habrá escrito sobre estas fantasías de niñas al borde de crisis de histerismo sexual. No olvidemos que la mayor parte de las apariciones de la Virgen María suceden también a niñas de parecida edad.

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  3. Muy agudos los dos comentarios, aunque yo prefiero ver la película como una mera diversión que profundizar mucho en símbolos freudianos.

    Saludos.

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  4. Hola!! Excelente nota. Una obra del cine que superó cada una de las barreras posibles, volviéndose más importante que los libros en sí.
    Además la película tiene una "mística" especial, ¡está rodeada de misteriors! Me parece que es magníficamente atemporal… tan simple, tan honesta… y sin embargo profunda en mensajes sobre el amor y el descubrimiento de uno mismo.
    Una de mis fantasías favoritas, que seguirá en la mente del hombre contemporáneo por generaciones.

    Te invito a leer mi propia nota sobre esta obra y decirme qué opinas!

    http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/09/el-mago-de-oz-cuando-el-cine-supera-la.html

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    Luciano

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