viernes, 20 de marzo de 2009

¿POR QUÉ TANTA REPERCUSIÓN? A PROPÓSITO DE LAS PALABRAS DE BENEDICTO.


El papa ha hablado hace dos días en África sobre preservativos y sida. Sus palabras, como de costumbre, son alucinantes y alejadas de la realidad, pero no ha dicho nada distinto a lo que cabe esperar de él, sino que se ha atenido al guión de siempre. Entonces, yo me pregunto: ¿por qué tanto escándalo, tanto llevarse las manos a la cabeza, tanta exigencia de rectificación? Creo que el problema está como siempre en la desmesurada repercusión mediática de las palabras de un hombre que, o bien habla de asuntos que ignora por completo, o bien erra a sabiendas. En todo caso, por la misma lógica que un curandero no puede erigirse como una autoridad en medicina, una persona que se supone con voto de castidad no puede erigirse en una autoridad en sexualidad. Pero los medios siguen analizando sus palabras y escandalizándose. ¿Para qué sirve esto? Simplemente para dar más publicidad a la Iglesia Católica, una institución que no tiene autoridad política y que solo dicta normas morales para sus miembros. Los demás no deberiamos dar tanta importancia a esas palabras, propias de alguien que no vive en la realidad.

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