A diferencia de lo que sucedió en Alemania o en Italia, el fascismo solo pudo imponerse en España después de una larga Guerra Civil. La dictadura franquista fue tan larga que pasó por fases muy diferentes, dependiendo de la coyuntura internacional de cada momento. Su principal objetivo fue la supervivencia, aunque para ello hubieran de abandonarse los sueños imperiales que inflamaban los primeros discursos de la victoria. Lo que deja claro en todo momento el libro de Nicolás Sesma es que la dictadura no fue cosa de un solo hombre. Para sobrevivir e incluso para prosperar, Franco tuvo que rodearse de gente competente que le ayudara a tomar las decisiones adecuadas en cada momento - algunas de ellas en detrimento de la calidad de vida de las clases más vulnerables - además de contar con una buena dosis de buena suerte que impidió en distintos momentos la intervención internacional en el país.
Se sabe que la Guerra Civil no fue solo una conquista de territorio que quedaba bajo el control de los sublevados, sino una limpieza sistemática de los elementos opuestos al nuevo Régimen, todo ello en la confianza del padrinazgo que ejercían las dictaduras Italiana y Alemana a la Cruzada emprendida en nuestro país. Una política que siguió vigente muchos años después de ganada la guerra:
"(...) el objetivo final de Franco y de la dictadura era asegurarse no solamente la victoria a corto plazo, sino también contra la siguiente generación de militantes de izquierda. En el mismo sentido, preventivo era también su carácter ejemplificador. Ante la más mínima amenaza, la respuesta represiva era completamente desproporcionada, pues de esa manera se conseguía aterrorizar a todo aquel que estuviera pensándose pasar a la clandestinidad y la oposición.
Como buena parte de los regímenes fascistas durante sus primeras fases —en las etapas de radicalización, ocurridas en un contexto de guerra, terminaban cayendo todas las barreras—, la dictadura franquista modulaba su grado de violencia en función de la situación internacional y del cálculo que se planteaba entre la autoafirmación para consumo interno y el coste político de su percepción exterior."
Aunque a base de sufrimientos para la población y bajo el lema de "orden, unidad y aguantar", España sobrevivió al aislamiento internacional derivado de la posguerra y poco a poco, aprovechando la coyuntura favorable de la Guerra Fría, supo presentarse como un aliado imprescindible para la defensa de Occidente por parte de Estados Unidos. Todo esto derivó en una aceptación, aunque a regañadientes en muchos casos, de la dictadura franquista como un actor más en la política internacional y su participación en los planes de estabilización que derivarían en un crecimiento económico sin precedentes en todo Occidente, algo que incrementó notablemente el bienestar de los españoles en los años sesenta, aunque de un modo más modesto que en el resto de Europa.
Los últimos años, los que derivarían en una difícil transición a la democracia, fueron particularmente agitados y complicados, con un retorno momentáneo a las posiciones más feroces de los años cuarenta, pues en la eterna pelea entre inmovilistas y reformistas, los primeros fueron los que acabaron llevándose el gato al agua con el gobierno de Carrero Blanco. El final de todo aquello lo conocemos bien, pero podría perfectamente no haber sido así. Salir de cuarenta años de dictadura, una dictadura que supo adaptarse a todas las coyunturas, solo fue posible porque falleció su principal valedor y sus acólitos no supieron cómo reaccionar, aunque, como bien apunta Sesma, la fortaleza del entramado construido durante tantas décadas fue tal, que llegó a sobrevivir brevemente al dictador, derivando aquello en un mantenimiento de muchas estructuras de poder económico y social durante la democracia.
Como historiador joven, Nicolás Sesma ha escrito una historia renovada del periodo de la dictadura, repleta de detalles reveladores y sin prevenciones ideológicas. Un libro muy ambicioso y que permite conocer de manera muy precisa cómo fue posible que el franquismo sobreviviera tantos años e incluso se permitiera tener sus momentos de gloria coincidiendo con los veinticinco años de la llegada al poder del dictador.
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