"Una palabra lo resume todo: miedo. El miedo ante una serie de desastres que no tienen explicación razonable; solo el demonio parece ser responsable de tantas desdichas acumuladas. En estas condiciones se comprende el estado de ánimo de unos hombres a la vez familiarizados con la muerte y obsesionados con ella."
En cualquier caso, parece ser que la represión de la brujería en nuestro país fue mucho más benigna que en los territorios del norte de Europa. Era usual que para los inquisidores (gente bastante cultivada respecto al pueblo llano), las acusaciones de brujería tuvieran más que ver con la ignorancia y la superstición que con una supuesta intervención del diablo. La imaginación popular retrataba esos aquelarres a los que asistían las brujas, presididas por un macho cabrío a los que los participantes besaban el trasero como una representación de los miedos colectivos de la época. Los inquisidores en general trataban de ser realistas: se trataba de delitos cometidos por gente vulgar perteneciente a la plebe ignorante y por lo tanto carecían de interés. Las penas solían ser leves para la época (destierros, azotes, penitencias...), a pesar de que se cometieron excesos, como el famoso auto de fe de Logroño de 1610. Los inquisidores tenían mucho más interés en perseguir las desviaciones de la doctrina católica, sobre todo si éstas provenían de teólogos de prestigio. En el norte de Europa la persecución a las supuestas brujas fue mucho más implacable y hubo muchísimas más quemadas en la hoguera.
En definitiva, este ensayo divulgativo del gran hispanista Joseph Pérez pretende ser realista y desmitificador, poniendo a la Inquisición española en su auténtico lugar: no como una una institución racionalista e indulgente que fuera comprensiva con la ignorancia del vulgo, sino como una organización muy centralizada y poderosa cuyo principal objetivo era un reino libre de herejía, teniendo la lucha contra la superstición como algo accesorio o secundario.
Seguro que es un ensayo fantástico, muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
El Tiempo - Cronos - es el que endereza y aporta la claridad en los hechos del pasado y del presente. Quizá muchos de aquellos adivin@s eran impostores, pero es posible que la mayoría no lo fueran. Hoy la misma Ciencia acepta que nuestro cerebro es capaz de anticiparse al presente. Cada vez más personas tienen estas capacidades, dado que vivimos en un Universo que es un TODO, que se abarca a si mismo y a cuánto contiene. La premonición es parte del SER. Aunque las religiones oficiales lo nieguen, muchos de sus integrantes poseen estas capacidades y también se las participan a los Políticos que les consultan. Cordiales saludos.
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