martes, 8 de septiembre de 2020

FEMINISMO PASADO Y PRESENTE (2017), DE CAMILLE PAGLIA. MUJERES Y HOMBRES LIBRES.

 

Camille Paglia es conocida en España, por desgracia, porque la política caída en desgracia Cayetana Álvarez de Toledo la ha nombrado en varias ocasiones como una de sus referentes como alternativa al feminismo preponderante. En este volumen, en el que se recogen varias de sus confencias e intervenciones en actos públicos, Paglia expresa una especie de nostalgia por los años sesenta, década en la que, según ella, se alcanzaron cotas de libertad hoy impensables. El auge de lo políticamente correcto ha conseguido que hoy día - teniendo en cuenta también el poder de las redes sociales para destruir a personas - la gente se autocensure más que nunca y que ciertas formas de pensar no sean aceptadas cuando se desvían de las ideas comúnmente aceptadas, aunque se esté usando el sentido común. Por ejemplo, uno de los grandes errores de la lucha contra la violencia de género seguramente sea incluir todos los asesinatos y agresiones en el mismo saco: en el del machismo y el patriarcado, impidiendo así advertir que los delitos, aunque produzcan el mismo resultado, pueden tener bases y motivaciones muy diferentes. No es exactamente lo mismo el asesinato cometido por un drogadicto con el síndrome de abstinencia, que el que realiza un enfermo mental, que el producido por un delincuente habitual o el que realiza una persona hasta el momento intachable, que jamás había cometido un acto violento. Los conceptos machismo o patriarcado son tan generalistas que impiden una visión detallada y estrictamente jurídica de una violencia que persiste año tras año a pesar de los ingentes recursos destinados a prevenirla y erradicarla, quizá porque estas acciones no van a dejar de producirse por mucho que nos empeñemos: vivimos en un mundo peligroso en el que debemos usar nuestras libertades con suma prudencia si no queremos caer en manos de gente indeseable: libertad también significa responsabilidad, no la exigencia permanente de una protección especial, dice Camille Paglia. 

En cualquier caso, la autora de Sexual Personae, está segura de que no existe un solo feminismo y de que toda mujer tiene derecho a vivir su vida de la manera que mejor considere, aunque no cumpla con todos los postulados del discurso preponderante:

"Pero ¿qué es exactamente el feminismo? ¿Es una teoría, una ideología o una praxis, es decir, un método práctico? ¿Y acaso es el feminismo tan occidental en sus premisas como para no poder exportarse a otras culturas sin distorsionarlas? Cuando hallamos ideas feministas en autores medievales o renacentistas, ¿estamos proyectando ideas del presente sobre el pasado? ¿Quién es o no es feminista y quién lo define? ¿Quién le confiere legitimidad o autenticidad al feminismo? ¿Una feminista debe formar parte de un grupo o debe asimilar la ideología abanderada por alguno de sus subgrupos? ¿Quién decide, y con qué autoridad, lo que está o no está permitido pensar o decir sobre políticas de género? Y, por último, ¿el feminismo es un movimiento intrínsecamente de izquierdas o puede haber un feminismo basado en principios conservadores o religiosos?"

Quizá sea éste un discurso a tener en cuenta, un llamamiento a la responsabilidad individual frente a discursos - los más radicales - que criminalizan a enteros grupos sociales. Es una lástima que ciertas voces sean etiquetadas como de derechas o de izquierdas y que por eso sean automáticamente despreciadas como fascistas o como comunistas. Hubo un tiempo en el que las ideologías no se encontraban tan polarizadas y el debate en libertad era posible sin que se llegara de inmediato a las descalificaciones más gruesas. Sin decantarme personalmente por uno u otro lado (yo solo tomo lo que me parece más razonable de cada parte, teniendo siempre presente que puedo estar equivocado), creo que deberíamos volver a valorar esa auténtica libertad que consiste en decir claramente lo que se piensa (sin insultar a nadie) no temiendo ofender profundamente a quienes opinan diferente. 

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