lunes, 8 de enero de 2018

EL CÁLCULO DE DIOS (2000), DE ROBERT J. SAWYER. EXTRATERRESTRES CREACIONISTAS.

El cálculo de Dios, probablemente una de las novelas de ciencia ficción más imaginativas de las publicadas en los últimos años, comienza con una imagen tópica en este tipo de literatura: la de una nave espacial alienígena aterrizando en la Tierra. Pero pronto el narrador, el bonachón paleontólogo Thomas Jerichó, nos explica que Hollus, que así es como se llama el extraterrestre que nos visita, no tiene otro interés que el conocimiento, por lo que pide que se le deje instalarse en el museo de Ciencias Naturales de Toronto para estudiar las especies fósiles del pasado remoto de nuestro planeta. Así Jerichó va a tener la extraordinaria oportunidad de trabar amistad con un ser de otro mundo que muy pronto le realiza afirmaciones inquietantes: que las extinciones masivas que jalonan nuestra historia natural se produjeron a la vez al menos en otro par de planetas en los que hoy existe vida inteligente y que su especie ha descubierto que debe existir un creador del Universo, llámese Dios o cómo se quiera, después de haber estudiado atentamente la estructura del cosmos.

Para un racionalista como Jerichó, tales palabras constituyen una auténtica revolución. Por más que Hollus le ofrece pruebas empíricas de su afirmación, el paleontólogo se niega a admitir la mera posibilidad de que el creacionismo, contra el que los científicos como él han luchado durante décadas, pueda llegar a tener parte de razón. Admitir la presencia de un Creador casi omnipotente sería dar energías a unas religiones en decadencia, sobre todo en occidente:

"Admitir que podría haber habido una inteligencia que guiase el proceso, en algún momento, sería abrir las compuertas. Habíamos luchado durante tanto tiempo, y con tanta intensidad, y algunos de nosotros, habíamos sido encarcelados por la causa, que permitir ni siquiera por un momento la posibilidad de un creador inteligente sería equivalente a izar la bandera blanca. Estábamos seguros de que los periódicos estarían encantados y la ignorancia reinaría sin oposición."

Pero las pruebas que ofrece el extraterreste tampoco son compatibles con las religiones terráqueas. El Creador es definido como un ser imperfecto, que ha sido incapaz de establecer vida inteligente en el Universo con un proceso limpio y sin traumas, como prueba el sufrimiento constante al que están sometidos los seres vivos. El mismo Jerichó se enfrenta a un cáncer terminal que ni siquiera puede ser tratado por la medicina extraterrestre, un par de siglos más avanzada que la nuestra. Si es verdad que existe Dios, este no es el Ser eterno, bondadoso y omnipotente que han definido las religiones, sino un Demiurgo que experimenta con su creación, quizá buscando distraer su antigua soledad en el espacio-tiempo infinito. Pero El cálculo de Dios no se conforma con convocar este debate filosófico-religioso entre especies, sino que también trae a colación otros temas, como el fanatismo religioso, tan propio de los seres humanos y la indefensión de nuestro planeta, perdido en la vastedad del cosmos y sometido a mil peligros - como el de la explosión de supernovas cercanas - del que no somos conscientes en nuestra vida cotidiana.

2 comentarios:

  1. Hace poco que he descubierto a Robert Sawyer, un escritor de ciencia-ficción como es debido, que no aspira a ganar el premio nobel de literatura, sino a contar buenas historias a partir de lo que se sabe de la ciencia de vanguardia y sus correspondientes implicaciones éticas. Me pienso leer una novela suya al mes, hasta que se me acaben...

    En esta novela, una de las cosas que más me llamaron la atención fue lo que descubren los protagonistas acerca del destino de la mayoría de las supuestas civilizaciones extraterrestres: alcanzado cierto nivel de desarrollo tecnológico optan por digitalizarse y pasarse la eternidad en un paraíso diseñado por ordenador, una especie de videojuego interminable y feliz. No parece el peor final posible para la humanidad, pero desde luego no coincide con la grandiosidad propia de la mayoría de los autores de ciencia-ficción que abordan tales escenarios

    ResponderEliminar
  2. Es una novela repleta de buenas ideas, muy bien desarrolladas. Gracias por la recomendación.

    ResponderEliminar