viernes, 17 de abril de 2015

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY (2015), DE SAM TAYLOR-JOHNSON. ANASTASIA A TRAVÉS DEL ESPEJO.


Resulta curioso que una novela como Cincuenta sombras de Grey, que trata un tema tan presuntamente escabroso como los deseos sexuales de dominación, se haya convertido en uno de los grandes best sellers de la década, y que además gran parte de sus lectoras (porque me parece que esta novela tiene muchas más lectoras que lectores), sean amas de casa que habitualmente prefieren la televisión a la literatura. Una prueba más de cómo una buena campaña de marketing puede llegar a normalizar en pocos meses lo que hasta ese momento era considerado un tema tabú que, por cierto, se había tratado de manera más profunda en una obra literaria mucho más estimable: Historia de O, de Pauline Reage, que fue objeto de una floja adaptacion cinematográfica a cargo de Just Jaeckin. 

Sin poder juzgar de manera directa la calidad literaria de la novela de E.L. James (aunque según me han contado algunas personas de confianza, se trata de una lectura bastante penosa), la versión filmada por la realizadora Sam Taylor Johnson parece un producto elaborado más por un comité de expertos en marketing que por alguien que considere que el cine es un arte que puede enmendar la peor de las narraciones. Lo cierto es que a lo que más se parece Cincuenta sombras de Grey es a uno de esos telefilmes románticos que suelen poner los domingos por la tarde (o en los viajes en AVE) que a una gran producción de Hollywood destinada a recaudar millones de dólares en todo el mundo.

Lo que más llama la atención de este producto es la poca valentía a la hora de abordar su escandaloso asunto principal: todo se reduce a la atracción sexual entre dos jóvenes que provienen de mundos muy diferentes. Christian Grey es una especie de macho alfa, inmensamente rico (aunque poco sepamos del origen de su fortuna), que a los veintiocho años ha conseguido encaramarse en lo más alto del mundo de las finanzas, lo cual en el mundo de hoy es equivalente a ser considerado un amo del universo. Pero Grey no se conforma con el universo y le gusta ser amo también de cuantas más mujeres, mejor y pronto Anastasia se va a convertir en el objeto de sus deseos. Por contra, Anastasia, atraída evidentemente por los encantos de Grey, quiere vivir una historia de amor mucho más tradicional, aunque está dispuesta a acceder a muchos de los deseos presuntamente oscuros de éste, deslumbrada por su exhibición de vehículos caros, helicópteros y hoteles de lujo.

Se ha dicho que Cincuenta sombras de Grey es una especie de apología del machismo y del maltrato. Nada más lejos de la realidad, es casi como decir que que Pretty woman es una apología de la prostitución. En todo momento el trato de Grey hacia su amante es exquisito y jamás le hace nada sin obtener su consentimiento previo. Puede que su posición en la relación sea la más ventajosa, por su experiencia previa y su poder económico y sepa cómo ejercitar algo de chantaje sentimental, pero de ahí a describir su actitud como delictiva, va un mundo. 

Con una trama tan insulsa y un erotismo tan descafeinado, pocas cosas se salvan en la realización de Taylor Jonhson: algún detalle como que Anastasia se despierte en la cama de Grey, después de una noche de borrachera, teniendo en su mesita de noche comida y bebida con los carteles "cómeme" y "bébeme", clara referencia a Alicia en el País de las Maravillas o más bien a su segunda parte, al mundo invertido que va a encontrar detrás del espejo, por el que siente alguna curiosidad, pero donde no quisiera quedarse a vivir.

2 comentarios:

  1. Hola, estoy de acuerdo en que la película es insulsa, que no recomendaría ya que parece una serie de televisión para adolescentes por lo descafeinado del guión, no he leído el libro y no lo voy a leer, ahora difiero en lo de apología del machismo, a ver para mí Pretty Woman no es apología de la prostitución pero si del machismo más rancio, hay una frase de 50 sombras de Grey en la que después de intentar deslumbrar a la joven con el avión y demás pertenencias materiales, ella le dice que quiere una relación normal, y habla de ir al cine, salir con amigos, ir a tomar café, a lo que el responde que a el eso no le va, sus relaciones se basan en fantasías sexuales,mostrar su patrimonio y poco más y ella le dice¿ y que gano yo con esto? y el dice a mi. No tener en cuenta a tu pareja, someterla a tus deseos, y ofrecer a cambio lujo ,más o menos lo que hacía Richard Gere con Julia Robert, la diferencia es que para ella era su trabajo, dar gusto al que te paga.Esto es machismo, lo cual demuestra que sigue muy vivo a pesar de la lucha porque desaparezca de la sociedad por parte de algunas/os.El sadismo que el ejerce y me refiero a 50 sombras de Grey que solo se satisface practicando sadomasoquismo, no entiende el sexo de otra manera es enfermizo, digamos que el trato es educado cuando le va preguntando en todo momento si desea hacerlo, pero querer que firme un contrato con el, asumiendo todo esto sin tener en cuenta la evolución natural del ser humano, es un chantaje en toda regla. En fin creo que tiene muchos puntos negros , una relación que no es sana ni aconsejable para nadie. Un beso

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  2. Sí, todo eso es cierto, pero yo insisto en que él no la engaña nunca: pone sus cartas sobre la mesa desde el principio, no cuando se encuentra ya en una relación consolidada. No oculta sus auténticos gustos y motivaciones. Otra cuestión es que la relación en sí sea poco sana o enfermiza, pero es indudable que se da entre dos personas adultas, plenamente responsables de sus actos. Besos.

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