El cine más comercial sigue viviendo del pasado. En esta ocasión se intenta estirar el chicle de la saga Alien con una película que ofrece un compendio de las anteriores entregas, pero sin ninguna emoción ni sorpresa. Alien: Romulus ofrece paradójicamente sus mejores momentos en su primer tercio, cuando se describe a grandes rasgos la vida en una remota colonia comercial en la que los trabajadores son explotados de manera despiadada por una compañía y a los que no se les permite salir del planeta. Los jóvenes protagonistas anhelan escapar de su triste destino y trazan un plan para infiltrarse en una nave que permanece a la deriva en la atmósfera del planeta. Como no podía ser de otra manera, la situación se convierte en un Nostromo 3.0 y el espectador sabe más o menos cómo va a transcurrir la trama, en la que no faltan seres con inteligencia artificial, uno de los puntos más atractivos de la saga, que aquí tampoco se aprovecha en todas sus posibilidades. Buenos efectos especiales, pero en escenas muy oscuras salpican esta película que casi se podría calificar de usar y tirar.
P: 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario