lunes, 10 de agosto de 2009

ODA A LA MISERIA (2008), DE DANIEL BARREDO. BREVARIO DE PODREDUMBRE.


Comentar un libro nunca es tarea fácil, sobre todo cuando las impresiones personales quedan reflejadas en un blog, un espacio que se pretende público, al que cualquiera puede acceder buscando una determinada información. Personalmente me sentiré satisfecho si lo que escribo puede servir a alguien, aún siendo muy consciente de las limitaciones de mi escritura. Cuando se intenta hablar acerca del libro de un buen amigo, que además es de poesía, un género del que no puedo decir que tenga lagunas, sino más bien un oceáno, es todo un reto ser objetivo, tal y como me pidió Daniel.

Daniel Barredo es profesor de instituto en Málaga. A pesar de su juventud, acumula muchas experiencias y viajes, que se reflejan perfectamente en su escritura y en su amena conversación. Aunque este es un apunte muy personal, he de agradecerle infinitamente haberme liberado de mis prejuicios en cuanto al uso de las bibliotecas públicas. Mi bolsillo lo agradece enormemente.

"Oda a la miseria" es un libro extremadamente original. Cuando pensamos en la palabra "poesía" nos vienen a la cabeza campos floridos y hermosos amores. Para Barredo la poesía también puede ser utilizada para mirar con otros ojos lo cotidiano, la miseria urbana que nos rodea en nuestro deambular diario. Escrita en un barrio deprimido de Leeds, sus poemas pueden ser extrapolados perfectamente a nuestra querida ciudad de Málaga. Daniel se fija en un naranjo seco y evoca sus pasados esplendores, homenajea la triste utilidad de una papelera o de una farola y anima a las palomas callejeras a descubrir los placeres del campo. "El libro es un canto a lo mínimo, a lo invisible, a lo que jamás aparecería en un medio de comunicación porque no es extraordinario ni está de moda", dice el autor en una entrevista al diario Deia.

Como ya he comentado, no soy lector habitual de poesía. La poesía requiere un tipo de lectura, comparada con la prosa, mucho más sosegada. La poesía necesita un lector que implique sus propios sentimientos y que pueda penetrar en las palabras, que las saboree en sus diferentes y esquivos significados. Daniel lo ha conseguido sin que yo tenga que esforzarme mucho. Todo un logro. Si es cierto aquello de que un libro admite tantas lecturas como lectores tiene, a este humilde lector la experiencia le ha servido para dar un nuevo sentido a los pequeños detalles, por muy humildes o miserables que sean, que conforman nuestra realidad. Todo es importante, todo tiene su función. Incluso lo desagradable, que el poeta torna en atractivo a través de la magia de su escritura.

Dejo este poema como muestra, muy apropiado para estas fechas. No necesita comentarios:

PAISAJE DEVASTADO DE UNA PLAYA EN AGOSTO.

Toalla con toalla
la playa exhibe un sucio mercadillo
del que escapan los peces y las algas.

Los cuerpos se amontonan como sacos
en estrés de palabras y palabras,
sobre todo palabras y vacío.

Las huestes invasoras avasallan
al tímido cangrejo
en un pulso entre cremas y sandalias.

-Dónde están las arenas de los sueños,
-protesta la gaviota deshauciada-,
en qué lugar el aire puro y libre-.

Toalla con toalla
el agua enseña un luto de piscina,
la arena se transforma en telaraña,
y huele a cementerio
al esplendor dorado de la playa,

Los cuerpos se amontonan como sacos
en estrés de palabras y palabras,
sobre todo palabras y vacío.

Solo me cabe felicitar a Daniel y agradecerle el haberme hecho pasar un rato tan provechoso y agradable. Dejo el enlace con la entrevista en Deia:

http://www.deia.com/es/impresa/2009/07/26/bizkaia/kultura/581522.php


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