viernes, 11 de marzo de 2011

EL SUEÑO DE CASANDRA (2007), DE WOODY ALLEN. DELITOS Y FALTAS.


Emprendí el visionado de esta película con bastante excepticismo, dado que los críticos suelen calificarla como una de las más flojas en la brillante carrera de Woody Allen. Personalmente, no estoy de acuerdo con estas valoraciones, pues a mí me atrapó desde el primer instante hasta el final.

Lo cierto es que normalmente, cuando estoy viendo alguna película de este cineasta, suelo reprocharme mentalmente el hecho de que sus personajes no suelen tener problemas económicos. Todos son intelectuales con buenos trabajos y amplios apartamentos que acuden a buenos restaurantes mientras resuelven sus cuitas sentimentales. Aquí no sucede lo mismo. Asistimos a la patética historia de dos hermanos londinenses de vida mediocre, que sueñan con una independencia económica que nunca llega. Uno de ellos tiene problemas con el juego, el otro es aficionado a imaginar todo tipo de inversiones financieras. Los dos actores que los interpretan, Colin Farrell y Ewan McGregor, cumplen con su cometido sin fisuras.

El dilema ético les va a llegar con una proposición que les hace un acaudalado familiar: necesita que maten a un hombre para que sus negocios sigan adelante. Si no lo hacen, se arruinará e irá a la cárcel. En una memorable escena, refugiados bajo un árbol de la furiosa lluvia, como un Mefistófeles moderno, les propone perder su alma a cambio de los bienes materiales que tanto anhelan.

Como ya sucedía en la magistral "Delitos y faltas", Allen aborda el tema de la culpa y sus consecuencias. Los protagonistas no son asesinos, son personas normales que han sido tentadas en un momento frágil. Además, como si fueran mafiosos, se dicen que actuan en interés de su familia. El crimen les resulta grotescamente fácil, pero luchar contra los remordimientos va a ser mucho más complicado. Woody Allen filma una historia equilabrada y muy interesante acerca de un tema eterno: que el crimen es un hecho que contraviene la ley natural, por lo que los culpables siempre pueden ser castigados, ya sea por la sociedad, ya sea por su propia conciencia corroída por la culpa.

6 comentarios:

  1. Hola:
    Esto ya no es una prueba.
    La verdad es que la película me encantó y me es muy difícil hacer un comentario interesante porque estoy básicamente de acuerdo contigo en todo. Leyendo tu entrada, me he acordado de Hitchock y uno de sus temas recurrentes: el personaje inocente al que se le confunde con alguien culpable (Extraños en un tren, La sombra de una duda, etc.). A pesar de todo el cine de ambos directores no está demasiado emparentado. En cualquier caso, los dos son de mis favoritos.
    Ah, sí. Ya me acuerdo de algo de lo que escribí en el comentario fallido del otro día. Y es que en escasas ocasiones sí se ha contado con personajes que quieren medrar o que pertenecen al hampa (el tenista de Match Point, por ejemplo, o el hermano de Martin Landau en Delitos y faltas).
    Otra cosa que me resultó estupendamente resuelta en la peli fue el asesinato en sí, hay que estar muy seguro de sí mismo para plantearlo con esos personajes y desde luego que lo resuelve bien en su estilo visual tan comedido.

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  2. Completamente de acuerdo contigo, Marcos. El tema del asesinato, efectuado por dos personas que nunca se han involucrado en el submundo del crimen está muy bien resuelto. Y además la película se emparenta temáticamente con "Delitos y faltas" y "Match point". ¿Habrá cometido Woody Allen un asesinato y tendrá problemas de conciencia?

    Saludos.

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  3. Interesante y divertida pregunta la que planteas. Sería gracioso ver cómo un tipo tan pequeño y frágil como él se las apaña para matar a otra persona. Yo creo que lo intentaría de una forma sutil, por ejemplo, invitándolo a comer a un estilo restaurante neoyorquino y hacer que se atragantara riendo con una de sus múltiples ocurrencias o empujándolo mientras esperan en las cercanías de un paso de cebra para cruzar una carretera atestada de coches que pasan peligrosamente cerca de ellos o... cualquiera sabe. No sé porque la obsesión de recordar ahora, como hice el otro día, al maestro del suspense, pero él decía que cuando presentaba un asesinato en pantalla solía alargar las escenas para demostrar al público lo difícil que puede llegar a ser, como ocurría en Cortina rasgada.

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  4. Interesante, la comparación con "Cortina rasgada". A colación de lo que comentas, yo también nombraría la primera escena de "Casino Royale", donde también se demuestra lo difícil que puede ser matar a un hombre (el primer asesinato de Bond, por cierto)

    Saludos.

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