lunes, 16 de octubre de 2023

CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE (1973), DE RICHARD FLEISCHER.

Película adelantada a su tiempo, Cuando el destino nos alcance es una hija fiel del pesimismo de los años setenta. Basándose en la novela de ciencia ficción "¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!", de Harry Harrison, que yo leí hace muchos años, la película presenta una distopía que se produce en nuestro tiempo actual. La población de la Tierra ha crecido de manera exponencial y no hay recursos para todos. Nueva York se ha convertido en una especie de ratonera en la que la gente malvive hacinada en cualquier rincón y solo un reducido grupo de privilegiados mantiene el nivel de vida de antaño. Aquí se nos presenta a un policía (Charlton Heston), que debe investigar el asesinato de uno de estos miembros de la clase social alta, algo que le va a llevar a hacer un descubrimiento asombroso respecto al producto con el que se está alimentando a la población. Aunque su estilo visual es mejorable, Cuando el destino nos alcance es una de esas obras míticas que reflexiona sobre la condición humana y nuestro comportamiento en situaciones límites. El valor de la vida se ha degradado hasta tal punto que cuando hay manifestaciones o disturbios, la policía tiene autorización para llevarse a la gente hacinada en excavadoras. Además, el Estado facilita el suicidio asistido. La gente sabe que sobra, pero el instinto de vida sigue siendo poderoso, a pesar de no existir ya la esperanza, sobre todo porque a la hambruna se le ha unido una eterna ola de calor derivada de ese cambio climático del que nosotros, habitantes reales de los años que describe la película, empezamos a notar los primeros efectos. Me quedo con esa poderosa escena protagonizada por el soberbio Edward G. Robinson, ese suicidio nostálgico con el que el Estado premia a aquellos que deciden quitarse de en medio y dejar de ocupar sitio.

P: 9

1 comentario:

  1. Un film que parece muy interesante. Gracias por compartir tu opinión.

    Un abrazo

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