sábado, 28 de diciembre de 2013

HISTORIA DEL TIEMPO (1988), DE STEPHEN HAWKING. EL HOMBRE ANTE LA INMENSIDAD.

Por mucho que la ciencia nos haya explicado ya, el simple hecho de mirar al cielo nocturno sigue siendo una fuente de misterios para el hombre. Si fuera verdad que somos los reyes de la creación, como hemos creído durante muchos siglos ¿a qué viene colocarnos en un pequeño planeta perdido en un rincón de una inmensa galaxia, que es solo una más entre miles de millones? Somos una pequeña mota de existencia no solo en el espacio, sino también en el tiempo. Si las últimas estimaciones aseguran que han transcurrido unos 15.000 millones de años desde el Big Bang ¿qué es una vida humana sino menos que una gota en este océano de tiempo?

El ensayo de Stephen Hawking, uno de los más populares libros de ciencia que se han escrito nunca, intenta arrojar luz sobre algunos de estos enigmas dirigiéndose a un público profano, aunque a veces no pueda evitar que lectores profanos como yo se pierdan un poco cuando habla de las propiedades de las ondas o de las partículas. En cualquier caso, la mayor parte del tiempo Hawking tiene cuidado de explicarse con claridad, al igual que lo hacía en la magnífica serie de documentales que tuve ocasión de ver no hace mucho. Para los científicos está bastante claro que el tiempo y el universo no son eternos, sino que hubo un primer instante, una gran explosión resultante de una gran masa de energía que englobaba en un solo punto al universo entero. También está probado que en el momento actual el universo se halla en expansión, extendiendo sus fronteras en todas direcciones. Lo que es más discutible es si en algún momento entrará en contracción, volviendo al momento inicial y si eso tendría repercusiones en el tiempo. 

Respecto al tiempo, las teorías científicas del último siglo han sido tan sorprendentes que han destruido el concepto tradicional de tiempo. Ya no es algo absoluto, sino que depende de la posición del observador. Por ejemplo, al situarnos junto a un objeto de gran masa (un agujero negro, por ejemplo, aunque nadie sobreviviría si se situara demasiado cerca) el tiempo transcurre más despacio. Dentro del agujero negro, está también el final del tiempo, o al menos una frontera que no puede volver a cruzarse hacia el exterior. También, como es conocido, si alguien fuera capaz de viajar a la velocidad de la luz, su tiempo sería muy distinto del de los que quedaran atrás y, de volver a la Tierra alguna vez, habrían transcurrido siglos, mientras que para el viajero habrían transcurrido solo pocos años. A día de hoy tenemos pocas esperanzas de alcanzar las estrellas. Aun si consiguieramos viajar a la velocidad de la luz, los viajes serían demasiado largos. La física nos asegura que superar dicha velocidad es imposible, porque la masa del objeto se haría infinita y haría falta una cantidad de energía impensable para mover a ese objeto. Nuestra única esperanza serían los agujeros de gusano, una anomalía del universo que (en teoría) podría funcionar como un tubo que uniera dos puntos muy distantes. Lo malo es que estos agujeros suelen tener un tamaño extremadamente pequeño, pero quien sabe si la tecnología de dentro de varios siglos nos permitirá obtener la suficiente energía como para ensancharlos...

El mismo Hawking bromea a veces acerca de sus propias teorías. Una de las más interesantes es la posibilidad de viajes en el tiempo que nos ofrecerían estas anomalías espaciales. Desde luego, el viaje hacia el pasado es altamente improbable, si no hubiéramos ya recibido a algún viajero del futuro. Hacia el futuro siempre estamos viajando pero, teóricamente, sería posible acelerar la velocidad de este viaje. Por no hablar de la posibilidad de universos paralelos y de la existencia de otras dimensiones que no podemos apreciar a simple vista... Es difícil, incluso para los especialistas, estar al día en todos los avances científicos, puesto que estas materias se han singularizado tanto, que es imposible ser experto en todas ellas. Al menos los que tenemos poca idea de ciencia podemos echar mano de autores como Hawking, Sagan o Dawkins para que iluminen un poco nuestra ignorancia.

2 comentarios:

  1. Hay hechos raros que no tienen una explicación lógica. Recuerdo haber visto una noche maravillosamente clara, iluminada por la Luna y sin nubes, un objeto esférico, que no emitía luminosidad, y su superficie podria compararse con el aspecto de Jupiter, y en mi ignorancia, supuse que podría tratarse de la luna de algún Planeta cercano! Parecía estar detenida al final de la calle, es decir, sobre el mar, en cuyas cercanías resido.Desde entonces he indagado cuanto he podido. Hay quienes sostienen que existen Civilizaciones superiores a la nuestra, capaces de proyectar objetos, luminosidades y mucho mas .Otros sostienen que esos objetos suelen surgir de los océanos y desaparecer en sus aguas. Misterio.

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  2. Para estos casos te recomiendo que leas "El mundo y sus demonios", de Carl Sagan, donde habla entre otras muchas cosas de este tipo de hechos inexplicados y cómo casi siempre se les pueden encontrar explicaciones mucho más prosaicas que las de la existencia de vida extraterrestre. Puede que fuera el reflejo de alguna luz, un globo aerostático u otras mil cosas. Eso sí, a mí también me gusta el mundo del misterio, es algo muy humano. Un beso muy fuerte y feliz año.

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