sábado, 2 de agosto de 2025

THE APPRENTICE (2024), DE ALI ABBASI.

Contemplo a Trump en el telediario y soy de los que todavía no puede creerse que un individuo como este haya llegado nada menos que la presidencia de los Estados Unidos. Se trata de un tipo sin pelos en la lengua que exhibe de forma absolutamente obscena su condición de multimillonario y que utiliza a la vista de todos el inmenso poder que atesora para favorecer sus propios intereses y los del grupo social al que pertenece. Es un hombre de ideas muy simples que ha sabido tocar alguna tecla de numerosos norteamericanos para que sus mensajes más básicos y machacones acaben calando. Pero Trump también fue joven y esta película intenta reflejar cómo se forjó este hombre dejando sus pocos escrúpulos por el camino. El The apprentice se humaniza a Donald Trump y se le retrata como un joven un tanto abrumado por el peso de sus responsabilidades en el negocio inmobiliario familiar, un tipo que debe hacer frente a las acusaciones de racismo que se han lanzado desde el gobierno. Y va a aprender a hacerlo no utilizando los medios legales, sino los tejemanejes que le ofrece el otro protagonista de esta historia, el abogado Roy Cohn (primorosamente interpretado por Jeremy Strong), un tipo corrupto y sin escrúpulos que será el primero en darse cuenta del diamante en bruto que es Trump. The apprentice es una película interesante, pero solo deja atisbar un potencial que se hubiera desarrollado mejor si se hubieran reflejado los años posteriores del personaje, cuando empieza a interesarse por la política y las personas que lo hicieron. Claro que esto hubiera sido difícil de hacer en una película de dos horas: el fenómeno Trump requiere una serie de varias temporadas. The apprentice, que refleja muy bien el ambiente neoyorkino de los años setenta y ochenta, es solo un aperitivo de lo que un Donald Trump cinematográfico puede dar de sí.

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LOS DESTELLOS (2024), DE PILAR PALOMERO.

Hay que decir en favor de esta película que retratar la bondad no es algo habitual en las producciones cinematográficos, quizá porque la bondad es aburrida frente a la emoción que produce contemplar el mal - nada banal - en sus diversos grados. Aquí tenemos a una mujer divorciada que se preocupa de la suerte de su exmarido enfermo terminal y que, pese a sus reticencias iniciales, termina implicándose plenamente en sus cuidados. También su pareja actual es capaz de pasar de la incomprensión a la colaboración. Lo malo de Los destellos que este planteamiento, que podría ser material para un buen corto se alarga innecesariamente en un largometraje que termina aburriendo al espectador. Cualquier escena que retrata actividades cotidianas se hace tediosa por el afán de meticulosidad de su directora. Muchos dirán que la vida es así y por eso la película es auténtica. Tendrán razón, solo que el cine tiene que ser también una evasión de la existencia cotidiana y si quiere reflejarla tiene que hacerlo de un modo más entretenido, no tan solemne y - paradójicamente - falto de emociones. A destacar, eso sí, la gran interpretación de Antonio de la Torre, muy convincente en su papel de hombre moribundo.

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domingo, 27 de julio de 2025

HISTORIAS DEL KRONEN (1994), DE JOSÉ ÁNGEL MAÑAS Y DE MONTXO ALMENDÁRIZ (1995). GENERACIÓN NIHILISTA.

Historias del Kronen fue un éxito instantaneo cuando fue publicada, tanto que al año siguiente ya se estaba estrenando la película basada en la novela. Se trata de una obra que, en cierto modo, captó el espíritu del momento, unos años en los que la novedad de la Movida había derivado en una cultura nocturna tan atractiva como peligrosa para los jóvenes. Porque Carlos y sus amigos pretenden pasar el verano saliendo todas las noches para ponerse hasta arriba de alcohol y drogas sin pensar en las consecuencias. Con la filosofía de vivir el instante y no pensar siquiera en lo que sucederá mañana, el afán de este grupo de amigos es estar siempre colocados y, derivado de ello, arriesgar esporádicamente la vida, ya sea entrando en una obra en construcción o haciendo de kamikaze en la autovía. Carlos odia a sus padres, pero los necesita porque les dan dinero abundante, como el niño pijo y consentido que en el fondo es. De vez en cuando estalla el típico conflicto generacional entre ellos:

"Ya estamos con el sermón de siempre. El viejo comienza a hablar de cómo ellos lo tenían todo mucho más difícil, y de cómo han luchado para darnos todo lo que tenemos. La democracia, la libertad, etcétera, etcétera. El rollo sesentayochista seudoprogre de siempre. Son los viejos los que lo tienen todo, la guita y el poder. Ni siquiera nos han dejado la rebeldía: ya la agotaron toda los putos marxistas y los putos jipis de su época. Pienso en responderle que justamente lo que nos falta es algo por lo que o contra lo que luchar. Pero paso de discutir con él."

A pesar de parasitar a sus progenitores - y también a su abuelo, cuando tiene la ocasión - Carlos se considera un ser superior, alguien que no necesita de la moral establecida para salir adelante. Se trata de un joven con rasgos psicopáticos que es muy bueno a la hora de manipular a sus amigos para que hagan lo que él quiera. Como no podía ser de otra manera, estos rasgos de carácter le sirven para tener numerosas mujeres a su alrededor con las que establece relaciones esporádicas de usar y tirar. Una vida desenfrenada, aprovechando que es verano, que va a derivar en una tragedia de la que, por supuesto, no se va a responsabilizar, pese a ser su máximo responsable, aunque al lector le queda la duda de si le van a asaltar los remordimientos durante el resto de su vida.

Escrita en un estilo ágil y muy adictivo, Historias del Kronen es una novela que se lee casi de un tirón, una crónica nihilista de una juventud sin objetivos vitales más allá de lo que suceda esa noche, inscrita en un Madrid muy realista, en un año 92 en el que el país daba lo mejor de sí organizando Expo y Juegos Olímpicos para, a continuación, estrellarse en una dura crisis económica. La adaptación cinematográfica recoge perfectamente el espíritu de la novela y añade episodios tan afortunados como el del reto en el puente sobre la autovía. Juan Diego Botto compone perfectamente a un Carlos que domina la escena en todo momento, haciendo realidad el discurso del personaje, que continuamente elogia lo audiovisual frente a la palabra escrita.

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sábado, 26 de julio de 2025

EL MALESTAR DE LAS CIUDADES (2023), DE JORGE DIONI LÓPEZ. PRIVATIZACIÓN, TURISMO, VIVIENDA, ESPECULACIÓN Y TRÁFICO.

El de la vivienda es uno de los principales problemas de nuestro país, que los políticos condenan, pero no abordan. La tragedia de la imposibilidad de acceso a una vivienda de jóvenes y no tan jóvenes supone la frustración de muchos sueños y la prohibición de obtener un bien básico, casi equiparable a la sanidad y a la alimentación. Y esta situación ha sido alimentada por la política de las últimas décadas, que ha acabado convirtiendo al ladrillo en un bien de lujo, absolutamente especulativo y alejado del fin social que, al menos en parte, debería tener. Lo público se ha alejado de sus responsabilidades y ha entregado el urbanismo a un sector privado que, como es lógico, lo único que pretende es maximizar beneficios. Todo ello se agrava porque muchas ciudades no tienen más remedio que vivir casi en exclusiva del sector turístico, consiguiendo el efecto de expulsar a sus habitantes a la periferia para dejar el centro y sus aledaños a los visitantes.

Muchas viviendas ya no tienen la función de ser habitadas, sino que se han convertido en un producto financiero, en un refugio de inversores que especulan con un bien que tiene prácticamente garantizada subidas de precios muy importantes, lo cual las aleja cada vez de los ciudadanos corrientes, aquellos que sostienen la economía del día a día y se ven obligados a compartir pisos con desconocidos o, en el peor de los casos, vivir en autocaravanas con tal de habitar a una distancia razonable de sus empleos. Pero el negocio no es solo el inmobiliario, sino la privatización de todo el espacio público:

"Las ciudades se diseñan para que no sea posible recorrerlas sin consumir. Como décadas antes en la costa, el sector privado devora espacio para conseguir una rápida tasa de ganancia. La hostelería ocupa las aceras y las plazas se diseñan para ser ocupadas por actividades privadas como si fueran pequeños centros turísticos. Como los antiguos propietarios de las tierras cercanas al mar, tanto los residentes como el pequeño comercio son desplazados y sustituidos por población de flujo y la gran distribución, donde es interesante la reproducción del esquema agrario: las franquicias se parecen a las aparcerías y los trabajadores de plataforma son los jornaleros."

Así pues, los ciudadanos deben adaptarse a habitar (o deshabitar) unas urbes que ya no son suyas. Algunos efectos de la nueva política son realmente paradójicos, porque los gobiernos que permiten todo esto se declaran ecologistas y establecen zonas de bajas emisiones mientras los trabajadores se ven obligados a vivir a muchos kilómetros de sus empleos y a coger el coche diaramente para poder ganarse la vida, mientras si les hubieran dejado habitar sus ciudades no se verían obligados a hacerlo. Todo esta situación se agrava porque tampoco existe una auténtica inversión en transporte público. En Málaga, por ejemplo, no hay conexión ferroviaria en la mayor parte de una costa por la que diariamente se mueven muchos miles de personas. La ciudad se convierte en un espacio para trabajar y para consumir, no para vivir. La esencia que las diferenciaba se pierde y todas se vuelven intercambiables, con los mismos establecimientos, con las mismas tiendas e incluso con las mismas franquicias museísticas. Las consecuencias de todo esto ya se sufren, pero la tendencia es que vayan a peor, ahondando en la brecha social entre propietarios y no propietarios, ya que el Estado hace tiempo que renunció a sus responsabilidades en esta materia:

"El conflicto civil aparece cuando el Estado renuncia a su función de establecer el marco de convivencia y el mercado se convierte en el principal regulador de la vida social, algo que se asocia al concepto de libertad. Lo público es rígido, ya que establece las mismas normas para todo el mundo, mientras que el mercado es liberador, ya que convierte las reglas en una oferta diferenciada a la que cada demanda accede según su capacidad. Como el mercado siempre funciona correctamente, los problemas sociales siempre se convierten en cuestiones de orden y se solucionan por la fuerza. A medio plazo, llegan los problemas. Cuando surgen de forma más evidente, aparecen los sorprendiditos echándose las manos a la cabeza. Se habla de la polarización. Se echa la culpa a las tecnologías, a ciertos personajes o algunos medios de comunicación cuando sería más lógico situarlos también como consecuencia en lugar de como causa. Si durante décadas construyes dos espacios, es bastante probable que acabes teniendo incomunicación. Cuando, en una sociedad diversa, la Administración que la representa permite la creación de islas homogéneas quiere decir que no se reconoce a sí misma. Acaba dejando de existir y, entonces, esa Administración tendrá que evolucionar hacia otro sistema de articulación."

BREVE ENCUENTRO (1945). DE DAVID LEAN.

Una de las historias de amor más grandes de la historia del cine fue protagonizada por dos personajes absolutamente ordinarios, de vidas anodinas que se enamoran en una situación cotidiana. Esto era toda una novedad. Aquí no nos encontramos ante una narración romántica y épica, sino ante la relación de dos personas normales que viven un amor prohibido, ya que ambos tienen sus propias parejas. Al espectador se le muestra la perspectiva de ella, como poco a poco se siente atraída por un desconocido, algo que no debería ser posible, ya que se trata de una mujer felizmente casada y ella misma condenaría a otra persona que se comportara así. Pero no puede evitarlo, por lo que vivirá durante toda la película una experiencia agridulce, ya que experimenta una pasión culpable, unos sentimientos que no tienen cabida en una sociedad todavía en gran medida puritana. Uno de los elementos más destacados de Breve encuentro es el uso de lo cotidiano para enmarcar la pasión amorosa, destacando ante todo el uso del tiempo como un elemento ineludible y escaso, que limita su tiempo juntos, no en vano el lugar más retratado en la película es la estación de tren, con su visible reloj, donde tienen lugar sus despedidas. Precisamente lo que hace grande a la escena de la despedida definitiva es la imposibilidad de hacerlo como ellos quisieran porque se encuentran en la estación a una conocida de ella. La de David Lean es una de las películas que mejor reflejan el alma humana y eleva a su director como uno de los más sensibles y polifacéticos de la historia del cine.

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sábado, 19 de julio de 2025

AMOR (2022), DE BARBARA H. ROSENWEIN. UNA HISTORIA EN CINCO FANTASÍAS.

El amor es algo prácticamente indefinible, ya que cada comunidad de costumbres y cada periodo histórico han tenido ideas diferentes sobre él. Por supuesto, ante todo es un sentimiento. Un sentimiento de origen biológico que tiene que ver con la necesidad de procrear, de perpetuar la especie. Pero también, tal y como se expone en el libro de Rosenwein, el amor es una fuente infinita de fantasías humanas que van desde lo meramente libidinoso a deseos de perfección y trascendencia que pueden rozar con la idea de lo divino. Sin estas fantasías los sentimientos amorosos serían difíciles de manejar y de comprender. Las fantasías que se exploran en los capítulos de este ensayo son la unión entre afines, la búsqueda de la trascendencia, la entrega desinteresada, el anhelo obsesivo y el deseo insaciable.

Así pues, a pesar de su importante base biológica, el amor tiene mucho de constructo social. Es evidente que la antigua institución del matrimonio, vigente en nuestros días, ha estado presente desde hace siglos en la vida de hombres y mujeres, tratando de ordenar las relaciones a través de unas normas mínimas de convivencia entre unos cónyuges que ante todo deben guardarse respeto y fidelidad. Es como una técnica de domesticación de unas emociones pueden desbordarse de manera natural. Como es lógico, el concepto de amor era distinto en los matrimonios por conveniencia que en los libremente elegidos por los cónyuges, pero en todas las épocas se ha supuesto que el matrimonio es fuente de amor ideal, al menos desde que en la Odisea Homero describió el irrompible lazo que unía a Ulises y a Penélope. Sobre todo cuando, con el cristianismo, se convierte en un sacramento instituido por el mismo Dios.

Todavía somos hijos de la idea de amor cortés que se instituyó en la Edad Media. Se trata de una idea de amor romántico, perfecto y sacrificado basado en la virtud de los enamorados. Es esa idea de encontrar a "otro yo" o la media naranja que ya se encontraba presente en los mitos platónicos. Se supone, todavía hoy día, que los sentimientos de una pareja consolidada deben ser incondicionales, aunque nos encontremos en una época en la que se aceptan más que nunca las relaciones esporádicas, aunque para muchos estas experiencias no sean más que sucedános de los sentimientos que despierte el enamoramiento:

"(...) muchas historias de amor con una larga trayectoria han continuado influenciando a generaciones enteras. La idea de que el amor significa encontrar al "otro yo" es tan antigua como Homero. También lo es la de que el amor es una obsesión, lo que tan memorablemente simbolizaron el constante llanto de Penélope y los incesantes anhelos de los trovadores. La idea de que el amor nos saca de este mundo tiene sus antecedentes en el discurso de Diotima del Banquete de Platón y en el misticismo religioso de la Edad Media. Pausanias nos muestra que el concepto de amor insaciable era bien conocido en sus tiempos. Sin embargo, aunque se aceptaba como comportamiento erótico de los dioses, solo se convirtió en un ideal del amor humano cuando se usó en contra de las restricciones de la Iglesia y el estado y cuando la imprenta permitió que fuese posible su difusión general. . En contraste con esas narraciones, la extendida fantasía de que el amor moderno está libre de obligaciones deriva de una mala interpretación de la historia y de un punto de vista equivocado sobre la opresión del pasado."

EL LIMPIABOTAS (1946), DE VITTORIO DE SICA.

Espléndida obra neorrealista, El limpiabotas pretende denunciar la situación de miseria de muchos niños inmediatamente después de la liberación de Roma en la Segunda Guerra Mundial. Giuseppe y Pasquale son dos limpiabotas que suelen trabajar para los soldados del ejército estadounidense y cuyo sueño es comprar un caballo. Un día se ven inmersos en un asunto turbio en el que son engañados para conseguir robar en un domicilio y terminan en un sórdido reformatorio. La película se convierte entonces en una especie de drama carcelario en el que los dos muchachos deben conservar su amistad en un entorno hostil en el que se encuentran hacinados y sometidos a normas un tanto arbitrarias. La película muestra cómo la desgracia se ensaña con las familias más humildes, cómo son los pobres las víctimas principales de los conflictos y de las consecuencias de los mismos. Se muestra aquí una Roma muy alejada de los tópicos turísticos, repleta de gente en la miseria que debe trapichear de cualquier manera para sobrevivir, mientras son los militares los que cuentan con bienestar material, por lo que sus posesiones alimentan el mercado negro. Los dos protagonistas son dos seres inocentes que deben comportarse como adultos, por lo que sus decisiones terminan siendo desastrosas. Una obra que puede contemplarse como un retrato al natural de una época histórica.

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