viernes, 31 de diciembre de 2021

LA VIDA POR DELANTE (1958), DE FERNANDO FERNÁN GÓMEZ.

Bajo su capa aparente de comedia entretenida, no hay que esforzarse  mucho para apreciar en ella buenas dosis de crítica social y de retrato de una época. Nos encontramos en unos años interesantes. La postguerra ya se ha dado por superada y España empieza a abrirse al exterior, aunque perduran todavía cicatrices de la contienda en la capital. Los dos jóvenes protagonistas de la cinta acaban de obtener sendas licenciaturas universitarias y pretenden que se van a comer el mundo con tan prestigiosos títulos, pero pronto se van a dar de bruces con la realidad. Hay cosas que perduran en nuestro país: las dificultades para encontrar empleo, la mala calidad de las nuevas construcciones de vivienda, males que solo pueden esquivar quienes pertenecen a buenas familias. La vida por delante también tiene algo de película innovadora, que intenta explorar nuevos caminos en nuestro cine y buena muestra de ello es la divertidísima narración del accidente, ya en el tercio final. Un retrato de época que nos dice que frente a la aparente felicidad de los españoles que la censura se empeñaba que reflejaran nuestras producciones, se podían colar entre líneas algunas dosis de crítica social.

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domingo, 26 de diciembre de 2021

RETORNO AL PASADO (1947), DE JACQUES TOURNEUR.

Nos encontramos ante una de las obras más canónicas del género negro. Retorno al pasado es la esencia del Noir, porque pocas veces se ha retratado mejor en lo que consiste el fatalismo, ese detective que intuye que amar a esa mujer lo va a llevar al desastre más absoluto, pero que asume su destino como si no tuviera otra opción. Toda la película tiene un ambiente como de relato soñado. Al protagonista lo encontramos al principio en un momento de redención temporal, ejerciendo un trabajo honrado y saliendo con una buena chica, pero como dice el título, el pasado va a volver inevitablemente para cobrarse su deuda. El personaje de Mitchum, imperturbable, con sombrero y gabardina, acepta el dictamen del destino y encara su castigo con toda la dignidad de la que es capaz. Una obra maestra del cine a la que siempre se puede volver.

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viernes, 24 de diciembre de 2021

EL VELO PINTADO (1925), DE WILLIAM SOMERSET MAUGHAM Y DE JOHN CURRAN (2006). UNA EPIDEMIA EN CHINA.

Esta novela contiene dos viajes simultáneos: el primero es el de la protagonista de Inglaterra a China, después de casarse con un funcionario médico especialista en bacteriología. El segundo es mucho más importante, pues supone una travesía mucho más espiritual: la joven caprichosa y egoísta se transforma en alguien mucho más maduro y consciente de la realidad del mundo que la rodea. Pero para conseguir esto primero tendrá que pasar por circunstancias muy dolorosas. En realidad el matrimonio de Kitty ha sido una huida de un ambiente familiar cómodo pero un tanto asfixiante: la joven necesitaba cumplir su papel social como esposa. La elección de Walter como pareja es un tanto precipitada. Walter posee un carácter absolutamente contrapuesto al de la protagonista: es un tipo serio, estudioso y retraído. Aun así, está tan enamorado de su esposa que intenta adaptarse a sus gustos, que él considera absolutamente frívolos.

La trama la va a desencadenar el adulterio de Kitty con el atractivo Towsend, un alto funcionario frívolo de quien se enamora, creyendo que el sentimiento es mutuo. El golpe contra la realidad cuando son descubiertos por Walter le hará tomar una decisión impensable: acompañar a su marido a una arriesgada expedición a una remota ciudad china tomada por una epidemia de cólera. Un viaje iniciático para la protagonista, que acaba colaborando con un convento de monjas muy pobres, impresionada por ese desprendimiento vital desconocido hasta ahora por ella:

"Renuncian a todo, absolutamente a todo. Y lo hacen para consagrarse a una vida de sacrificio y pobreza, obediencia, trabajo agotador y silencio. Para todas ellas este mundo es pura y simplemente un lugar de exilio. La vida es una cruz con la que cargan de buen grado, pero sus corazones anida el deseo... Oh, es algo mucho más intenso que el deseo, es un ansia, un ansia ardiente y apasionada de morir para la alcanzar la vida eterna".

Pronto se va a dar cuenta de que su marido, con el que lógicamente su relación se ha vuelto fría como el hielo, comparte mucho con las monjas: para ellas es un santo que se ha presentado allí para aportar un poco de esperanza a una situación dantesca, en la que una muerte horrible acecha en cada esquina: "una nubecilla de humo que se esfumaba en el aire, eso era la vida del hombre". El castigo se convierte en una especie de premio para Kitty, pues hasta ese momento no había sido un ser humano completo, por lo que sale de la experiencia absolutamente transformada y consciente de lo privilegiada que había sido hasta entonces. El estilo de Somerset Maugham, austero y sin florituras estilísticas innecesarias hace de su lectura una experiencia ágil y amena. La película de Curran es una versión bastante fiel de la novela, que se recrea en los preciosos paisajes chinos y se beneficia de una sólida interpretación de su pareja protagonista, consiguiendo un producto muy literario destinado al gran público, pero a la vez alejado de lo meramente comercial. 

LA ASISTENTA (2021), DE MOLLY SMITH MELZLER.

La de las limpiadoras  jamás ha sido una profesión que abunde en películas o series, salvo en alguna de denuncia social al estilo de Ken Loach. Aquí se nos presenta la historia de una joven víctima del alcoholismo de su pareja que se lanza una noche a la calle, solo con su hija y sin apenas dinero para intentar ganarse la vida lejos de las garras de quien considera un monstruo. Y el argumento es bueno - parece ser que está basado en hechos reales - en el sentido de que retrata las vergüenzas del sistema social norteamericano, que no parece muy preparado para abordar situaciones como ésta. Alex depende casi por completo de organizaciones caritativas, puesto que las ayudas del gobierno son un laberinto burocrático difícil de abordar por alguien tan abrumado por sus circunstancias. La solución que encuentra, trabajar para una empresa de limpieza, también nos va a hacer ver el sistema abusivo de explotación laboral a los más débiles. Todo esto está muy bien, pero la serie adolece de falta de credibilidad en muchos aspectos: la eterna mansedumbre de la protagonista, que suele abordar sus continuas desgracias con una sonrisa en la boca o la bondad de su hija, que jamás le tuerce el gesto lo más mínimo. Quizá quien haya pasado por experiencias similares echen en falta las lógicas emociones pesimistas que deben desencadenar. Además, el argumento se estira demasiado, haciendo que su trama sea repetitiva. A destacar la presencia de Andie MacDowell como la madre del protagonista, un personaje repulsivo que al final consigue redimirse en parte. 

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martes, 21 de diciembre de 2021

CONCIENCIA (2021), DE ALEKSEY KOZLOV.

Cine negro ambientado en los primeros años de la Unión Soviética. Así se presenta este film de Alekey Kozlov que merecería más difusión en nuestro país. La ambientación es perfecta y nos ofrece una Leningrado (cuando todavía no se llamaba así) cuyos ciudadanos están asfixiados por un régimen que está en todas partes y que lo domina todo. El protagonista busca algo tan sencillo como la verdad judicial en un caso que le toca muy de cerca, pero el concepto de verdad ya se está disipando para convertirse en lo que al Estado le conviene que sea. No hay ninguna esperanza, el blanco y negro lo impregna todo y cualquier objeción (de conciencia) de carácter individual ha de ser aplastada sin piedad por el Estado. Gran parte de la verosimilitud que destila la película se fundamenta en que está basada en hechos reales: una de las pocas evasiones que tuvo lugar en una cárcel de la URSS. Una propuesta diferente que es capaz de ajustar cuentas con una Historia dolorosa.

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sábado, 18 de diciembre de 2021

MADRES PARALELAS (2021), DE PEDRO ALMODÓVAR.

La última película de Almodóvar quiere abarcar demasiados asuntos para al final no profundizar nada en ninguno de ellos: la maternidad, la identidad sexual, las fosas del franquismo, una víctima de violación en manada, las masculinidades tóxicas, la memoria histórica... Todo es mencionado en forma de discurso por los personajes, pero de manera poco natural, afectando de manera grave a la credibilidad de la historia. Tampoco ayudan unas actuaciones muy poco inspiradas, muy poco naturales, más al servicio de la difusión de una cierta ideología - que puede gustar más o menos al espectador - que al supuesto drama que deberíamos estar contemplando en la pantalla. Por supuesto que cualquier película puede estar al servicio de un determinado mensaje, pero se agradece que dicha difusión se trabaje de una manera más sutil en el guion de la misma. Almodóvar es un director de mucho talento, pero en los últimos tiempos parece tener puesto el piloto automático para crear obras de calidad muy inferior que puede dar de sí.

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miércoles, 15 de diciembre de 2021

EL DERECHO A DISENTIR (2021), DE MAURICIO WIESENTHAL. MEMORIAL DE UN EUROPEO.

Dejo aquí el último artículo que he publicado en El placer de la lectura:

https://elplacerdelalectura.com/2021/12/el-derecho-a-disentir-de-mauricio-wiesenthal.html

EL BUEN PATRON (2021), DE FERNANDO LEÓN DE ARANOA

A priori la premisa de esta película era bastante prometedora, pues Fernando León ha dado sobradas muestras en su carrera de que es capaz de realizar buen cine social. Pero El buen patrón resulta ser un extraño híbrido entre comedia y drama que no acaba de encontrar nunca el tono preciso que demanda esta historia y tampoco es capaz de ofrecer un mínimo de credibilidad al espectador. Al menos Javier Bardem ofrece un buen recital interpretativo en esta tragicomedia que intenta retratar a un hombre tan obsesionado por el bien de su empresa que es capaz de acabar con quien se ponga por delante en la consecución de sus objetivos. Respecto a los personajes femeninos, no pueden ser más tópicos y más enraizados en las peores tradiciones del cine español. Un intento de crítica a la organización de las relaciones laborales contemporáneas - el ámbito en el que pasamos la mitad de nuestra vida - que se queda a medio gas. 

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sábado, 11 de diciembre de 2021

EL DESPRECIO (1954), DE ALBERTO MORAVIA Y DE JEAN-LUC GODARD (1963). EL DESAMOR CONYUGAL.

Esta es la historia de una ruptura sentimental, contada en primera persona por un hombre que se siente traicionado y desconcertado por la nueva actitud de su pareja hacia él. La narración se encuentra con frecuencia salpicada por reflexiones del protagonista acerca de la angustia que siente ante esta nueva e inédita situación: en los dos primeros años de su relación todo ha sido perfecto o al menos así lo cree él. Riccardo se está abriendo camino como guionista de cine. Su verdadera ambición es escribir obras de teatro, pero se dice a sí mismo que acepta los encargos cinematográficos para pagar las letras del piso y tener contenta a su mujer, por lo que no entiende que dicho sacrificio no se vea recompensado con una devoción permanente por parte de ésta. El mecanismo que activa el sentimiento de desprecio de Emilia es complejo, pero tiene que ver con la subordinación de Riccardo a los deseos de su jefe, que se muestra en todo momento como un macho alfa, que incluye la pequeña humillación de permitir que ella viaje en el coche lujoso de él mientras Riccardo los sigue en un taxi. Un pasaje tan anecdótico es el que va a desatar esta nueva apreciación del protagonista como un ser lleno de defectos, acomplejado e indigno de ser amado.

Entonces el papel preponderante de Riccardo, que se siente intelectualmente superior a su mujer y entiende que su responsabilidad es sostener la economía común se va a ver cuestionado, a la vez que su autoestima se va haciendo añicos en un mar de inseguridades. El desprecio es también una novela sobre el mundo del cine y precisamente otra de las dudas que va a tener que despejar el protagonista es la de si quiere o no quiere aceptar el encargo de escribir el guion de una adaptación de La Odisea que va a dirigir un sesudo director alemán con el que pronto va a chocar, frente a un productor que lo único que desea es lanzar al mercado un producto comercial. Este es un material perfecto para Godard, que puede filmar a su gusto las interioridades del mundo del cine y darse el lujo de contratar nada menos que a Fritz Lang para que se interprete a sí mismo, una de las grandes curiosidades de esta película. Al director francés le encanta rodar a Brigitte Bardot, recrearse con su cuerpo, hasta el punto de que a veces Michel Piccoli parece un secundario. Las razones del conflicto las expuso el mismo Godard, asegurando que ella es una mujer "opuesta a su marido, que siempre actúa como resultado de una serie de complicados razonamientos, ella no actúa psicológicamente, lo hace por instinto, una especie de instinto vital, como el una planta que necesita agua para seguir viviendo. El drama vital entre ambos surge del hecho que ella existe en un estado puramente vegetal, mientras que él vive en un estado animal."

Por último, es muy interesante resaltar un párrafo de Moravia en el que el productor desprecia el cine neorrealista italiano:

"Cuando digo que el cine neorrealista no es sano, quiero decir que no es un cine que estimule a vivir, que aumente la confianza en la vida... El cine neorrealista es deprimente, pesimista, gris..., aparte el hecho de que presenta a Italia como un país de harapientos, con gran alegría de los extranjeros, muy interesados en pensar, precisamente, que nuestro país es una tierra de harapientos; aparte este hecho, ya de por sí muy importante, insiste demasiado sobre los lados negativos de la vida, sobre todo lo que hay de feo, de sucio, de anormal en la existencia humana... En suma, es un cine pesimista, insano, un cine que recuerda a la gente sus dificultades, en vez de ayudarle a superarlas."

miércoles, 8 de diciembre de 2021

ROBIN Y MARIAN (1976), DE RICHARD LESTER.

Hay personajes que sobreviven en el imaginario popular generación tras generación. Robin Hood es uno de ellos, pues su tradición - quizá basada vagamente en algún personaje real - se remonta a la Edad Media. Lo que produce fascinación en él es su rebelión contra el poder establecido y el famoso lema de "quitar a los ricos para darle a los pobres". Robin Hood representa la verdadera nobleza, que no es la de la sangre, sino la de un carácter desprendido que arriesga su vida por los demás. Por otra parte, las aventuras de Robin Hood siempre tuvieron un tono divertido y escasamente dramático. Quizá por ello la propuesta de Richard Lester, que ahonda en la psicología de un personaje ya maduro, que vuelve después de muchos años de lucha en las Cruzadas a su antigua guarida en el bosque de Sherwood. Allí se encontrará a Lady Marian, que ha renunciado al amor par convertirse en monja, pero en cuyo interior ha permanecido la llama de los días gloriosos pasados junto al proscrito. La historia de amor que se retoma entre ambos es verdaderamente conmovedora y aquí funciona estupendamente la química entre esos dos enormes actores, Sean Connery y Audrey Hepburn. Y resulta verdaderamente delicioso que se nos permita contemplar la humanidad de una leyenda que pretende ser el que era, pero en quien los años no han pasado en balde. Además, la película tiene otro enorme foco de interés: la relación entre el protagonista y su enemigo íntimo, el sheriff de Nottingham, magníficamente interpretado por Robert Shaw. Este personaje, que parece de vuelta de todo, también se alegra íntimamente de la vuelta de Robin, porque lo conoce muy bien y eso hace que lo estime y lo respete y hasta que se pueda ver que entre ambos hay una semilla de amistad que nunca ha podido brotar debido a las circunstancias. Un filme mítico que trata de manera ejemplar el clásico tema de la decadencia de los héroes. 

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lunes, 6 de diciembre de 2021

EL PODER DEL PERRO (2021), DE JANE CAMPION.

Aunque transcurra en los años veinte del siglo pasado, cuando ya había pasado la época de expansión de Estados Unidos que dio lugar a ese cine tan épico, El poder del perro puede adscribirse perfectamente a este género, porque sus dos hermanos protagonistas, ganaderos de éxito en Montana, conservan en buena parte las formas de vida de aquellos años. Los hermanos son seres muy diferentes: George es un tipo tímido y extremadamente civilizado, por lo que no es capaz de congeniar con sus trabajadores, mientras que Phil es un hombre mucho más carismático y conocedor del oficio. No en vano presume frecuentemente de que todo se lo enseñó su gran amigo Bronco Henry, una figura que él sigue venerando cuando ya han transcurrido bastantes años desde su muerte. La llegada al rancho de la noticia de la boda de George con una viuda - cuyo anterior marido se suicidó - sacudirá la vida de ambos hermanos. Phil no acepta la nueva situación y hará sutilmente la vida imposible a su cuñada, mientras que el apocado George no es capaz de oponérsele. Será la visita del hijo de aquella, el adolescente Peter, la que trastocará la vida de Phil y hará surgir su verdadera naturaleza, revelando que su duro carácter y su descarado machismo no son más que una máscara. Dos son los fundamentos que sostienen esta sólida película: la preciosista dirección de Jane Campion, con un afortunado regreso al cine después de doce años, y la prodigiosa interpretación de Benedict Cumberbatch, que da vida a un personaje complejo y repleto de matices. Un western sin armas y sin apenas violencia, pero que da vida a un género muy necesitado de obras como esta para adaptar su magnífica tradición a los tiempos actuales. Así sí que es razonable hablar de estos temas tan de nuestro tiempo: sin personajes forzados ni situaciones inverosímiles.

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sábado, 4 de diciembre de 2021

SIEMPRE ES DOMINGO (1961), DE FERNANDO PALACIOS.

Amable retrato de los hijos de las clases acomodadas franquistas. Aunque al principio aparezcan como unos irresponsables que se pasan todas las noches de fiesta gracias al dinero de sus padres, poco a poco se nos va mostrando que no todo está perdido: la juventud española conserva un fondo de nobleza que está esperando algún pequeño estímulo para activarse. Aunque los veamos siempre alegres en sus juergas, los protagonistas tienen problemas - incluso en el grupo hay una impostora, que en realidad trabaja de asistenta para unos señores norteamericanos -  que van a ir siendo parte importante de las diversas tramas. Como es lógico, al final todo va a solucionarse: la que se ha casado por interés acabará enamorada de su marido, el arquitecto tarambana encontrará un proyecto de carácter social al que dedicarse (y seguramente volverá a asistir a misa los domingos por la mañana) y la impostora será aceptada en la pandilla respetando el hecho de que pertenece a una clase social inferior. Se aprovecha para mostrar un Madrid de espléndidos colores y en progreso. Es muy revelador, por ejemplo, que cuando se tiene que enseñar un barrio de chabolas, pueda verse perfectamente en el horizonte la construcción de las nuevas urbanizaciones del Madrid periférico que pronto llegarán al territorio de los pobres y les darán una vida mejor. Película muy interesante desde un punto de vista sociológico y que permite leer entre líneas algunos aspectos de la vida cotidiana bajo el franquismo.

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jueves, 2 de diciembre de 2021

VOLVER A DÓNDE (2021), DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA. DIARIO DEL AÑO DE LA PANDEMIA.

La pandemia de coronavirus ha sido uno de esos escasos acontecimientos que perturban la vida de prácticamente todos los habitantes del planeta. Desde que se tuvo noticia de los primeros casos en Wuhan, la mayoría miraba las imágenes que nos llegaban del confinamiento de la ciudad china como un desastre lejano, sin sospechar que solo tres meses después ese mismo panorama iba a estar presente en todas las capitales españolas, especialmente en Madrid, donde el virus había estado propagándose durante semanas y cuyas consecuencias estallarían de manera terrible en el mes de marzo. Tan solo semanas antes de que esto sucediera, las señales que llegaban desde países tan cercanos como Italia deberían haber puesto en alerta a las autoridades, pero aquí la pandemia seguía siendo apreciada por la mayoría como un mal lejano, en un ejercicio de negación que provocó que el baño de realidad fuera más duro:

"A principios de febrero parecía aún que lo propio de las calamidades era que les sucedieran a otros, que fueran muy lejanas. Ese era entonces el orden natural del mundo. En otros continentes había epidemias mortales, huracanes, tsunamis, terremotos. El virus se extendía por una ciudad china con nombre exótico que la hacía aún más remota, Wuhan. Era como una fantasía de futurismo asiático que se hubiera podido clausurar una ciudad de diez millones de habitantes."

Al contrario que Un andar solitario entre la gente, en la que el escritor ponía sobre papel sus originales crónicas de sus paseos por Madrid o Nueva York, Volver a dónde es necesariamente un libro sedentario, escrito desde la limitada perspectiva del propio hogar y la franja de calle que puede contemplarse al asomarse al balcón. Es una narración del estupor y el miedo de los primeros momentos, del tedio al prolongarse la situación e incluso de las ventajas de la vida suspendida que todos vivimos durante aquellos meses. Bien es cierto que para un amante de la lectura dicho tiempo regalado era oro, aunque fuera un oro perverso mezclado con una potente aleación de angustia. En cualquier caso, poder refugiarse de la amarga realidad visitando otros mundos y otros tiempos siempre ha sido una vía de escape muy efectiva:

"Habitar los libros no era quedarse confinado en ellos; era tener un refugio contra la intemperie de la adversidad y de las malas noticias y una vía de escape hacia otras vidas, mundos, tiempos. En la literatura hay melodía, armonía y ritmo, igual que en la música. Un escritor que uno ama posee un sonido que es algo más que estilo, voz más bien, un fraseo, tan individual como el que nos permite reconocer a un músico de jazz al cabo de unos compases."

Pero para Muñoz Molina los tiempos de pandemia son también tiempos de introspección. La huida de lo inmediato también se puede ejercitar evocando recuerdos de un tiempo que él siente ya remoto, como de otra era. La vuelta a su Úbeda natal nos regala un viaje casi antropológico a la intimidad de un pasado que contrasta poderosamente con nuestro presente, pero que no estaba exento de angustias de naturaleza muy distinta. Por desgracia, las últimas páginas de este libro están por escribir. La pandemia sigue presente y parece recrudecerse por días, por mucho que hayamos intentando ser optimistas durante los últimos meses. Volver a dónde nos ayuda a entender los sentimientos hasta el momento desconocidos que ha producido en la mayoría la visita de un mal que no parecía propio de nuestro tiempo.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

EL EJÉRCITO DE LAS SOMBRAS (1969), DE JEAN PIERRE MELVILLE.

Aunque inmediatamente después de terminada la contienda se creó toda una mitología al respecto, en los primeros años de la ocupación nazi de Francia la Resistencia fue un movimiento formado por un puñado de hombres dotado de una organización precaria y mal abastecidos por los ingleses. El tono realista de la película de Melville, que transcurre durante el año 1942, cuando todavía los alemanes estaban ganando la guerra, ayuda a hacernos una idea de la vida cotidiana de unos seres que se sentían en constante peligro, que pasaban buena parte de su tiempo solos y asustados, entregados a una causa que el fondo de su corazón veían destinada al fracaso: al final la tortura y una muerte horrible eran el destino más probable en una Francia ocupada repleta de colaboracionistas y de gente que no se quería implicar en luchas clandestinas, solo sobrevivir. El ejército de las sombras cuenta con momentos tan terribles como el ajusticiamiento de un delator por parte de sus compañeros, que deben decidir en presencia del aterrorizado reo, con qué método deben darle muerte para no hacer ruido, el paseo por las siniestras estancias en la que los nazis encerraban a sus detenidos o el áspero asesinato final. Los miembros de la Resistencia no son retratados como seres puros y nobles, sino como gente permanentemente acorralada que deben tomar constantemente decisiones odiosas que cuestan vidas humanas. La película podría ser perfecta si no fuera por injustificada duración, que no se corresponde con la historia que cuenta y por algunas escenas poco verosímiles, como las dos fugas que protagoniza Gerbier, el máximo responsable de la Resistencia. La película funciona muy bien como un sentido homenaje a esos héroes franceses que lo dieron todo en momentos en los que la razón dictaba que la lucha era contra toda esperanza. 

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martes, 30 de noviembre de 2021

EL ÚLTIMO DUELO (2004), DE ERIC JAGER Y DE RIDLEY SCOTT (2021). APELANDO AL JUICIO DE DIOS.

No hay nada como un buen libro para acercarse a los hechos del pasado, para intentar comprender lo mucho que hemos evolucionado desde la remota Edad Media e intentar interpretar aquella época sin cometer el error de juzgarla a través de la moral del presente.  El ensayo de Eric Jager nos sitúa en las últimas décadas del ominoso siglo XIV para contarnos la historia del último juicio por combate - una práctica totalmente legal, pero ya prácticamente en desuso - que se produjo en Francia. Una narración apasionante, que se basa en documentación y crónicas de la época y que se lee casi si fuera una novela. A través de sus páginas podemos acercarnos de manera verosímil al funcionamiento de una sociedad en guerra casi permanente, con una potente estratificación social y en la que, en la nobleza, la idea del honor era más importante que la propia vida.

La presunta violación de Marguerite de Carrouges a manos de un íntimo amigo de su esposo debió causar considerable escándalo en aquella época. Hay que tener en cuenta aquí que el delito de violación no se producía estrictamente contra la mujer, sino contra la propiedad de su guardián masculino. El honor del caballero Carrouges se veía así mancillado y la única reparación posible para él era hacer confesar al agresor o matarlo en un duelo judicial, que probara que la justicia divina había guiado su brazo. Además, este caso en concreto se veía complicado por el hecho de que sus dos protagonistas pertenecían a dos familias muy importantes de Francia: la de Carrouges, de la antigua nobleza, estaba comenzando a perder el favor de su Señor, debido al empecinamiento de Jean de Carrouges de devolver el esplendor a su apellido frente a su inmensa decepción por no haber heredado el mando de la fortaleza que poseía su padre. Su rival Jacques Le Gris, un hombre muy inteligente que, al contrario de Carrouges, se encontraba en pleno ascenso en la confianza del Señor.

Además de para describirnos un complicado proceso judicial - porque por muy bárbaros que resultaran los procedimientos, las garantías jurídicas ya existían - que es explicado en todas sus fases magistralmente por Jager, El último duelo sirve para asomarnos a la vida cotidiana de un caballero en la Francia del siglo XIV: su interés en hacer un buen matrimonio, su obsesión por aumentar el patrimonio familiar, la necesidad de disponer de herederos lo más pronto posible y su oficio, que le llevaba a pasar largos periodos fuera del hogar ganándose la vida guerreando, a veces en lugares tan distantes como Escocia, anhelando siempre volver a casa con un buen botín obtenido a través de saqueos. Un noble de aquella época debía tener cuidado a la hora de elegir bando en las numerosas batallas internas que se producían en el contexto de la Guerra de los cien años, puesto que en aquella época todavía los ingleses dominaban una parte muy importante del territorio de lo que es el actual Estado francés.

Resulta fascinante también encontrar transcritas las fórmulas exactas que se usaban durante las diferentes fases del procedimiento y las que se utilizaban inmediatamente antes de comenzar el duelo a muerte entre los dos contendientes. Apelaciones a Dios, a la verdad y al honor que son también utilizadas sabiamente en la extraordinaria adaptación cinematográfica de Ridley Scott, en la que el director británico retrata una Edad Media violenta y oscura. Además de ser espectacular en muchas de sus escenas, la película cuida en todo momento la verosimilitud histórica, respetando en todo momento las afirmaciones del riguroso estudio histórico en el que se basa. Quizá sea polémico que su estructura narrativa se haya basado en Rashomon, la película de Kurosawa, algo que puede hacerse algo indigesto para algunos espectadores, pero es un método muy efectivo para hacer comprender que la idea de verdad es algo muy subjetivo, aunque al final comprendemos que la verdad de la víctima es la más importante. No hay héroes en esta historia: todos los personajes se guían por sus propios intereses y la única nobleza que exhiben es la del honor de su apellido. Magníficos intérpretes y estupenda dirección y puesta en escena para una de las producciones cinematográficas más importantes de los últimos años, que resulta ser también una valiosa lección de historia.

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domingo, 28 de noviembre de 2021

A GHOST STORY (2017), DE DAVID LOWERY.

Pese a lo que pueda parecer, esta no es una película de terror, es más bien un drama de carácter sobrenatural donde lo que verdaderamente importa es su profunda reflexión acerca del poder del amor y, por qué no decirlo, del apego. En los primeros minutos, contemplamos el día a día cotidiano de una pareja joven. Se quieren, se respetan, pero un mal día él muere en un accidente de coche. Su fantasma elige no irse, a pesar de que se le ofrece la oportunidad, sino que regresa a su hogar para contemplar el duelo de su pareja. Poco a poco será testigo de los cambios que se producen a lo largo de meses y años. El fantasma no puede comunicarse directamente con los vivos, estos no pueden verlo, aunque sí aterrorizarse en las raras ocasiones en las que éste entra en ira. A ghost story no es una película para cualquiera: sus imágenes transcurren lentamente dándonos idea de lo tediosa que debe ser la eternidad para un muerto que ha elegido quedarse entre nosotros. También sentimos ciertamente su impotencia, su nostalgia de estar vivo, a pesar de que de su boca no puedan salir palabras. Magnífico trabajo de dirección de David Lowery, logrando en ocasiones algo tan difícil como introducir auténtica poesía en las imágenes. Una pequeña joya del cine de los últimos años que debería ser mucho más conocida.

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jueves, 25 de noviembre de 2021

LA ÚLTIMA PELÍCULA (1971), DE PETER BOGDANOVICH,

Desde sus primeras imágenes, La última película destila un poderoso aroma a decadencia. El pequeño pueblo donde se ambienta parece que ha pasado por mejores épocas y está siendo abandonado poco a poco por sus habitantes. Estamos a principios de la década de los cincuenta y los jóvenes del lugar intentan divertirse en un lugar tan deprimente, azotado por un viento persistente que llena de arena unas calles en las que quedan pocos comercios en pie: lo habitual es contemplar carteles a los que le faltan letras. El cine del pueblo va a ser el último en sumarse a este declive con la simbólica proyección de Río Rojo. En este ambiente los jóvenes protagonistas van a descubrir la vida adulta y la mujer casada que se convierte en amante de uno de ellos no va a encontrar descanso a su angustia existencial en estos breves escarceos sexuales. De hecho, toda la película está aderezada por escenas de desnudos y sexo un tanto decadente. Considerado uno de los mejores debuts de la historia del cine, la interesante propuesta de Bogdanovich, un director que también es uno de los mejores críticos que ha dado el cine, esta lastrada, a mi parecer, por el retrato de unos personajes excesivamente estereotipados. 

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PATERSON (2016), DE JIM JARMUSCH.

Paterson es una ciudad pequeña de Estados Unidos y también es el nombre del protagonista de esta hermosa película. La vida de Paterson es pura rutina y de hecho Jarmusch nos va a mostrar una semana de su existencia en la que descubrimos que al protagonista le gusta que sus jornadas sean idénticas unas a otras: ese es el secreto de su tranquilidad, de su vida serena y sin sobresaltos. Paterson madruga - sin necesidad de despertador - y conduce un autobús urbano, siempre por la misma ruta. Por las noches le gusta tomarse una copa siempre en el mismo bar, manteniendo conversaciones con los mismos parroquianos. Pero la verdadera vocación del protagonista es la poesía. De manera casi secreta y siguiendo los pasos de su admirado William Carlos Wiliams, escribe cada día un poema en su cuaderno, alentado también por su pareja, que espera que algún día se decida a publicarlos. Paterson es un elogio a la vida tranquila y sin excesivas ambiciones, al disfrute de las cosas pequeñas que son al final las que construyen la felicidad de las personas más sabias.

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jueves, 18 de noviembre de 2021

KENTUKIS (2018), DE SAMANTA SCHWEBLIN. ABSURDA DEPENDENCIA.

Desde hace ya algunos años asistimos a un escenario social en el que la gente, consciente o inconscientemente, va renunciando a parcelas de privacidad que hasta hace poco se consideraban sagradas. Hay personas que exponen regularmente aspectos íntimos de su vida a través de las redes sociales, esperando admiración por parte de sus seguidores. Otros muchos navegamos habitualmente por internet mientas unos algoritmos invisibles y sofisticados van aprendiendo cada vez más de nosotros para después tener la oportunidad de sorprendernos con ofertas cada más personalizadas y, por lo tanto, irresistibles. Las nuevas tecnologías nos conocen mejor que nuestros propios seres cercanos y nos hemos acostumbrado a convivir con esta realidad sin otorgarle demasiada importancia.

Lo que hace Samanta Schweblin en Kentukis es atreverse a dar un paso más allá y plantear un futuro distópico en el que se han puesto de moda unos muñecos-robot que la gente adopta como mascotas. La peculiaridad de estos juguetes es que una persona totalmente desconocida para el comprador tiene acceso al kentuki y puede acceder su existencia más íntima. Los kentukis hacen furor, son una moda inexplicable y adictiva y los pocos que advierten de sus evidentes peligros son ignorados. Hay jóvenes que no salen de su habitación, mientras hacen que estudian, para poder pasar más tiempo manejando su kentuki y asistir a los episodios de la vida de su amo que, aunque sean anodinos, son mucho más interesantes que la propia existencia. Otros intentan aprovecharse económicamente del fenómeno y la mayoría los integra como una oferta más de la sociedad capitalista que acaba recortando de manera voluntaria la intimidad de sus compradores, sintiendo muchos de estos un cariño fuerte y adictivo por tan peculiares mascotas.

Si hubiera leído la novela de Samanta Schweblin hace solo una década, su planteamiento me habría parecido bastante absurdo, irreal. ¿Por qué querría alguien exponer su intimidad de esa manera a un completo desconocido? Pero hoy estoy convencido que si alguna vez aparece algún artefacto parecido al kentuki, la gente se abrazará a ellos con entusiasmo. Al igual que en muchos episodios históricos la gente se ha abrazado con devoción a las cadenas que les imponía el poder, ahora aceptamos con total naturalidad exponer parte de nuestras vidas a cambio de algunas presuntas comodidades. Lo que expone Schweblin no sería más que la consecuencia lógica del tiempo que estamos viviendo. El hecho de que la novela se estructure en distintos episodios protagonizados por personajes diferentes facilita que podamos asomarnos a distintas perspectivas de lo que significaría relacionarse con esta novedad tecnológica tan peculiar, aunque también difumina un poco las posibilidades de una idea tan brillante, que podían haberse desarrollado a través de una narración más potente y sólida. Un libro que merece mucho la pena a los que nos gusta asomarnos en las cada vez más inquietantes posibilidades del futuro inmediato.

domingo, 14 de noviembre de 2021

NO SERÁS UN EXTRAÑO (1955), DE STANLEY KRAMER.

Estupendo melodrama que supuso el debut de Stanley Kramer como director. Y lo hace analizando una profesión muy cinematográfica, pero que pocas veces se ha tratado con tanto realismo: la medicina. El personaje de Lucas Marsh, interpretado con solvencia por Robert Mitchum, es un tipo muy complejo: apasionado estudiante de medicina, hijo de padre alcohólico y pobre de solemnidad que decide casarse con una enfermera que está enamorado de él con tal de pagarse las cuotas de la Facultad. Así, la película muestra en paralelo los comienzos de la carrera como doctor de Marsh y la difícil relación con su esposa, que abandona su profesión de enfermera ilusionada con la idea de formar una familia, algo en lo que no parece estar muy interesado su esposo. Marsh es apasionado, inteligente, pero a la vez rudo e impulsivo, lo que le hace tomar de vez en cuando decisiones equivocadas fundamentadas en su enorme y frágil vanidad. Un carácter tan volcánico solo puede ser aplacado por la bondad de carácter de su mujer y de su mejor amigo, otro médico recién licenciado interpretado por un secundario de lujo, Frank Sinatra. La profesión médica es tratada con gran respeto y realismo y algunas de las escenas de quirófano que se muestran quizá causaron sensación en la época en la que fue estrenada la película.

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viernes, 12 de noviembre de 2021

UNA MUJER DE PARIS (1923), DE CHARLES CHAPLIN.

Una película adelantada a su tiempo, el primer drama del gran genio de la comedia, que causó escándalo y rechazo por lo escabroso de la historia que presenta. La chica de pueblo que se traslada a la gran ciudad después de un presunto desengaño amoroso y vende su alma a la vida lujosa que le ofrece París. El genial personaje del millonario frívolo de vuelta de todo, incapaz de enamorarse de mujer alguna, pero sí de jugar con varias a la vez gracias a su sofisticación social y a su dinero. Y el primer enamorado de la protagonista, el inocente Jean que asiste estupefacto a la profunda transformación de la muchacha de la que se había enamorado. El demonio de una vida de lujo, pero vacía, se enfrenta a la posibilidad de llevar una existencia familiar y humilde, repleta de dificultades, pero también de profundas satisfacciones. Una genial película de Chaplin en la que se refleja como en pocas lo que significaba vivir los locos años veinte parisinos. 

P: 8 

jueves, 11 de noviembre de 2021

CULPABLE (2021), DE ANTOINE FUQUA

Aunque las primeras imágenes nos remiten a los terribles incendios que últimamente han asediado la ciudad de Los Ángeles, Culpable es una película que cuenta prácticamente con un solo protagonista, el policía Joe Bayler, que ha sido relegado a operador de emergencias después de lo que parece ser una actuación desafortunada en una patrulla. Durante noventa minutos seguimos la actuación de Bayler durante una llamada de emergencias en la que no todo es lo que parece. En filmes como éste, que transcurren en un solo escenario, es imprescindible mantener la atención del espectador mediante giros inesperados del guion, aderezados con vistazos puntuales a la vida personal del protagonista (que, como suele suceder en estos casos, se encuentra en proceso de divorcio). Con todos estos ingredientes, las posibilidades de que Bayler vuelva a provocar una tragedia por una actuación poco profesional, son altas. Culpable juega bien sus bazas, pero al final resulta una propuesta llena de tópicos. Habría que echar un vistazo a la película original, para ver si es mejor que ésta. 

P: 5 

domingo, 7 de noviembre de 2021

EL PUENTE DE WATERLOO (1940), DE MERVYN LEROY.

Aunque a primera vista el tratamiento de esta historia de amor pueda parecer convencional, uno advierte que no es así cuando termina de ver esta maravillosa película. Hay un determinado momento en el que, aunque se trate el tema con exquisita elegancia, el filme se vuelve sórdido. La dureza de la guerra puede hasta con el alma más inocente, que debe corromperse en pos de la supervivencia. He aquí el más hermoso y el más desgraciado de los amores vivido con intensidad por dos actores en estado de gracia. Además, El puente de Waterloo sirve como homenaje a la resistencia de los británicos frente a los nazis en los momentos más inciertos de la Segunda Guerra Mundial. Las escenas de bombardeo sobre los civiles, toda una novedad en aquella época, por mucho que estén representadas durante la Primera Guerra Mundial, están muy bien resueltos y transmiten al espectador la sensación de miedo e impotencia que debían experimentar quienes se enfrentaban a esta nueva forma de guerra. 

P: 8 

sábado, 6 de noviembre de 2021

WINCHESTER 73 (1950), DE ANTHONY MANN.

La primera colaboración entre Anthony Mann y James Stewart fue este magnífico western que basa su gran atractivo en la originalidad de su argumento: la historia de un rifle - un winchester, el arma más deseada del Oeste - que va pasando de mano en mano hasta terminar, como buen relato circular, en las manos de su primer propietario, aquel que lo ganó legítimamente en un concurso. En el camino conocemos a todo tipo de personajes, pero lo que verdaderamente importa es la misteriosa querella que McAdam sostiene con el hombre que le roba el rifle al principio del film. Antes de que esto ocurra, ya hemos contemplado que, bajo la mirada del mítico Wyatt Earp, sus conversaciones destilan auténtico veneno. El duelo final entre ambos queda como una de las escenas más memorables de la historia de ese género tan inagotable que es el western de la edad dorada del cine. 

P: 9

martes, 2 de noviembre de 2021

EL JUEGO DEL CALAMAR TEMPORADA 1(2021), DE HWANG DONG-HYUK.

El último éxito insospechado de Netflix es esta serie coreana, adictiva y cruel con sus personajes que al final resulta una crítica convincente del sistema capitalista. Porque los protagonistas de El juego del calamar son los parias, los desheredados que se juegan la vida en un juego perverso en la desesperación de conseguir ese premio millonario y liberador que está destinado a un solo superviviente. Mientras tanto, los organizadores de estos juegos clandestinos representan a esos ricos que, aburridos de tenerlo todo, necesitan emociones cada vez más fuertes, emociones que impliquen vidas humanas que van a tener a su merced durante los días que duren los juegos. En realidad, aquí no se engaña a nadie: quien es reclutado sabe lo que se juega, aunque no sospecha lo horrorosa que puede llegar a ser su experiencia. Es evidente que la mezquindad de las clases alta se acaba trasladando a los concursantes, pues la ausencia de moral y de piedad por el semejante es condición indispensable para optar a la victoria. Una serie de mucha calidad cuyo desarrollo admite muchísimas lecturas.

P: 7

sábado, 30 de octubre de 2021

LA TIERRA LLORA (2016), DE PETER COZENS. LA VISIÓN DE LOS VENCIDOS.

La visión más popular de la llamada conquista del oeste, se corresponde con la que nos han ofrecido las películas de Hollywood. En muchas de ellas prevalece el sentido épico de la Historia: una epopeya en la que los pioneros se fueron abriendo terreno frente a los ataques de los indios salvajes. En cualquier caso, no siempre es así. En la trilogía de la Caballería, de John Ford, se advierte un retrato muy respetuoso de la tragedia de los nativos americanos, aunque se siga glorificando el papel del ejército de Estados Unidos. El libro de Peter Cozens ofrece una visión mucho más imparcial de unos hechos históricos cuyos detalles son poco conocidos. Una época de expansión fascinante, pero que estuvo repleta de crímenes atroces. Una visión muy ecuánime y lúcida de lo que significaron las Guerras Indias para los perdedores la ofreció el coronel John Gibbon:

"Pónganse en su lugar y dejen que el hombre blanco se pregunte a sí mismo esto: ¿Qué haría yo si estuviera tan amenazado como lo ha estado y está el indio? Imaginemos que una raza superior a la mía fuera a aterrizar en la costa de este gran continente para comerciar y estafarnos con nuestra tierra palmo a palmo, invadiendo poco a poco nuestro terreno hasta convertirnos en un grupo degradado y desmoralizado, confinarnos en un pequeño rincón del continente, donde, para poder vivir, hiciera falta robar, o incluso algo peor. Imaginemos que en un alarde de justicia esta raza superior reconociera que estaba obligada a darnos de comer y a proporcionarnos mantas como abrigo, ¿qué es lo que haríamos en ese supuesto caso? He conocido a una persona que odia a los indios tanto como a las serpientes, y cree que el único indio bueno es el indio muerto, y al proponerle que se ponga en su lugar, aprieta los dientes de rabia y exclama: «Le arrancaría el corazón a todo aquel que atrapara»; y seguro que lo haría; y lo haríamos todos."

Es curioso que Hitler se escudara en estos hechos cuando justificó su campaña contra Rusia: también estaba conquistando terreno vital para la civilización frente a quienes consideraba salvajes, solo que la Unión Soviética se encontraba mucho más poblada y con un nivel de técnica similar al de los alemanes. Aunque la caballería de Estados Unidos siempre tuvo las de ganar, derrotas tan deshonrosas como la de Litlle Bighorn marcaron un punto de inflexión, presentando a los indios como una amenaza que había que exterminar si no se avenían a retirarse a las reservas que dictara el gobierno. La tierra llora no es solo una historia de batallas y violencia, sino también una narración de continuas negociones con las distintas tribus con el fin de lograr una precaria convivencia. Se pretendía que los indios se adaptasen lo más rápido posible a las costumbres del hombre blanco, que cultivaran la tierra y comerciaran pacíficamente, pero tales pretensiones eran muy difíciles de cumplir, sobre todo cuando se engañaba constantemente a la parte más débil de la negociación: se prometían tierras que luego eran ocupadas masivamente por pioneros, lo cual llevaba a los indios a callejones sin salida que solían resolver con espantosos estallidos de violencia.

Al final, como era lógico, los Estados Unidos se impusieron con una mezcla de violencia, engaños y fomento de la división entre las tribus. En el camino quedaron muchos muertos en batallas innecesarias y una herida que sigue todavía supurando a día de hoy. Cierto es que muchos indios también se comportaron mezquinamente, sobre todo cuando empezaron a alcoholizarse, violando a mujeres y secuestrando y asesinando a niños, pero siempre podían alegar que les estaban robando sus tierras ancestrales. Así es el sino de la Historia y La tierra llora intenta ser lo más imparcial posible al respecto, con un relato trágico que no se olvida de ofrecer los detalles más sórdidos de la epopeya.

viernes, 29 de octubre de 2021

LAS VERDES PRADERAS (1979), DE JOSÉ LUIS GARCI.

Estupendo retrato de un momento concreto de la historia de España, cuando con la reciente llegada de la democracia, muchos madrileños se lanzaron a adquirir una segunda residencia en el monte, una forma de estatus social que no todos se podían permitir. Un magnífico Alfredo Landa interpreta a uno de esos afortunados, un self made man a la española que, desde sus orígenes humildes ha conseguido llegar a ser ejecutivo de una importante empresa y cumplir con sus sueños de juventud: el chalé en la Sierra, los hijos, los amigos, las comidas... Una bucólica imagen que se convierte en una insoportable realidad cuando el protagonista adquiere conciencia de los sacrificios del pasado y las servidumbres del presente que tiene que asumir para poder permitirse ese estatus. En el fin de semana que retrata la película José no puede descansar ni hacer nada de lo que le apetece. Puede que tenga muchas cosas, pero en realidad está esclavizado por la necesidad de conservarlas: tiene que aguantar a su jefe, al empleado pelota (impagable Carlos Larrañaga) y a su familia política, cuando a él lo que le gustaría es descansar y acudir al estadio de fútbol el domingo por la tarde. Al menos sigue enamorado de su mujer - y ella de él -  y puede realizarle confidencias en ese sentido. Garci retrata con acierto los sentimientos del protagonista, aunque teniendo a un actor de la talla de Landa como protagonista, sin duda todo es más fácil.

P: 7

miércoles, 27 de octubre de 2021

jueves, 21 de octubre de 2021

LA TORRE DE LOS AMBICIOSOS (1954), DE ROBERT WISE.

Realizada con uno de los repartos más soberbios que podían conseguirse en aquella época, casi puede decirse que La torre de los ambiciosos inaugura un género muy concreto: el de las intrigas empresariales entre altos ejecutivos, una tradición que ha pasado por películas como Wall Street y desemboca en maravillas como la serie Sucesión. Bien es cierto que la película de Wise es todavía hija de su tiempo y la compañía que presenta basa su riqueza en bienes tangibles - la producción de muebles - y no en extraños productos financieros, derivados, futuros, subprimes y similares. La trama que presenta la película es sólida, al igual que todas las interpretaciones, destacando March, Stanwyck y Holden, pero quizá hubiera sido necesario un poco más de metraje para que nos mostraran con un poco más de detalle las características y de cada uno de los numerosos personajes. Su moraleja final puede seguir prestado un gran servicio en nuestros días.

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miércoles, 20 de octubre de 2021

SECRETOS DE UN MATRIMONIO (2021), DE HAGAI LEVI.

Extraordinaria puesta al día de la obra de Ingmar Bergman, sostenida ante todo por el sólido trabajo de Oscar Isaac y Jessica Chastain, una pareja que destila aquí una química especial, tanto en las escenas de amor como en las de odio. Creo recordar que en la serie original del director sueco había escenas mucho más crueles entre ambos cónyuges, pero lo que aquí se muestra es suficiente para lo que se pretende: la eterna reflexión acerca de la institución matrimonial, sus pros y sus contras. Mira y Jonathan parecen desatar su pasión mutua solo cuando se hacen daño, cuando se separan. No pueden convivir, pero tampoco vivir demasiado distanciados. Es bueno ver que en estos tiempos no han creado unos personajes maniqueos, siendo incluso ella mucho más egoísta, impulsiva e irracional en sus decisiones que el miembro masculino de la pareja. Apetece volver a acercarse a la de Bergman y comparar versiones.

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domingo, 17 de octubre de 2021

SIN TIEMPO PARA MORIR (2021), DE CARY FUKUNAGA. BOND CREPUSCULAR.

Cuando Roger Moore hizo sus últimas interpretaciones como James Bond, poco antes de cumplir los sesenta años, no intentó representar a un hombre de esa edad, sino que siguió siendo el mismo agente capaz de las mismas hazañas de siempre. En las películas de aquella época el personaje no evolucionaba: el transcurrir de las misiones le dejaba indiferente y solo parecía interesarle la recompensa final de acostarse con alguna jovencita que hubiera aparecido en la trama. La etapa de Daniel Craig ha sido muy diferente. Desde el principio pudimos contemplar a un personaje muy humano al que le afectaba todo lo que estaba viviendo, un ser psicológicamente vulnerable, capaz de enamorarse y de sufrir por el amor perdido, como se mostró magistralmente en Casino Royale, que sigue siendo, con diferencia, la mejor película de esta etapa. A esta la siguió Quatum of Solace, que intentaba mantener el tono de la anterior y contaba con algunos momentos muy interesantes, pero resultó una tremenda decepción. Aunque la esencia del personaje seguía ahí, Skyfall supuso un cambio un tanto abrupto respecto a las dos películas precedentes. De pronto Bond era un agente maduro y de vuelta de todo, cuando en las anteriores acababa de debutar como 007. Skyfall tenía un guion muy descompensado, con una primera parte soberbia y una segunda en la que la historia, a mi parecer, naufragaba, aunque la estupenda dirección de Sam Mendes consiguió que el resultado final fuera positivo. La siguiente fue Spectre, de la que lo único que se puede salvar es su magistral escena precréditos. Ahí se presentaba al personaje de Madeline, el siguiente gran amor de Bond. Sin tiempo para morir es una continuación directa de Spectre, que comienza cuando Bond ha dejado el servicio y se ha ido de viaje a Italia con Madeleine.

Bien es cierto que las primeras reacciones a Sin tiempo para morir han dividido a crítica y público. Para algunos el resultado final ha desvirtuado la esencia del personaje. Para otros, humanizar a Bond hasta estos límites es un acierto y toda una revolución para la saga. Yo soy de los segundos, me gusta que el personaje posea sentimientos humanos y que los transmita en pantalla, a la vez que estamos viendo un gran espectáculo cinematográfico. La idea del personaje enamorado y luchando por conseguir una vida familiar tranquila no es mala en sí misma, pero su desarrollo adolece de varios desaciertos que hacen que la película se resienta de manera muy acusada. El más importante de ellos es el desarrollo de la relación entre Bond y Madeleine. Si este es el gran amor del protagonista, su historia en el filme precedente tuvo tan poca chispa que sigue lastrando el guion de éste. Aunque aquí hay algo más de química entre los personajes, su relación nada tiene que ver con la que se establecía entre Bond y Vesper, que se desarrollaba de forma modélica, dando tiempo a explorar los sentimientos del protagonista y las devastadoras consecuencias del final de Casino Royale. Aquí no hay nada de eso. Hay un romance porque le conviene al guión, pero no sabemos qué ha visto Bond en esta mujer que sea diferente a las muchas otras con las se ha cruzado en sus aventuras. Hubiera sido fundamental para la trama que se dedicara más tiempo a explorar esta relación, aunque fuera a costa de eliminar a secundarios como la nueva 007, que poco aporta a la película, más allá de ser un emblema de lo políticamente correcto, algo que debe estar presente en nuestros días, aunque esté metido con calzador.

Otro de los lastres de la irregular Sin tiempo para morir es el villano. Tener a un actor recientemente oscarizado y aprovecharlo tan poco resulta un tanto incomprensible. La presencia de Safin, quitando la primera escena en la que aparece, la del pasado de Madeleine, no resulta especialmente intimidante y su plan maestro es demasiado convencional a la vez que un tanto confuso. Safin es una especie de aglomerado de varios villanos precedentes de la saga, pero carece de una entidad propia, de alguna característica que lo haga especialmente memorable. Mientras tanto tenemos unas escenas de acción muy espectaculares, pero poco trabajadas en el fundamental aspecto de la credibilidad. Más de una vez vemos a Bond en escenas que parecen más sacadas de un videojuego del género shooter que de un contexto verosímil. Nos da la impresión más que nunca de que Bond es el personaje de una película y de que no va a estar en peligro de muerte hasta que le toque. Una lástima que una cinta que tenía todos los elementos para convertirse en una de las mejores de la saga se quede un poco en tierra de nadie: el argumento más audaz de la franquicia termina convertido en un producto muy convencional, polémico, pero con menos sustancia de la que debería haber tenido

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YAKUZA (1974), DE SYDNEY POLLACK.

Soberbio retrato del mundo de la mafia japonesa, que no tuvo éxito en su momento, pero que poco a poco se fue convirtiendo en una película de culto. La trama es observada por los ojos de un occidental - Robert Mitchum -  que pasó muchos años en Japón con el Ejército de ocupación estadounidense y se convirtió en amante de una mujer de Tokio. El guión, muy inteligente y equilibrado, nos muestra, con un esmero exquisito, las costumbres de los integrantes de esta peculiar sociedad criminal, que se rige a través de los valores tradicionales del país del Sol Naciente: el honor y el giri, este último un concepto muy japonés que se entiende mejor leyendo el clásico de Ruth Benedict, El crisantemo y la espada. La película conjuga de manera magistral una historia de cine negro, de profunda amistad y de desatada violencia y ofrece la oportunidad de disfrutar de una de las últimas grandes interpretaciones de ese gigante del cine que fue Robert Mitchum, que ofrece como nunca un perfil melancólico y crepuscular, algo que le viene a la historia como anillo al dedo. Estoy bastante seguro que Yakuza influyó profundamente en artistas como Frank Miller a la hora de concebir obras como Daredevil, Wolverine o Ronin. 

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sábado, 16 de octubre de 2021

DESENGAÑO (1936), DE WILLIAM WYLER.

El mismo año que nuestro país comenzaba una Guerra Civil que nos haría retroceder casi hasta la Edad Media en ciertos derechos sociales, en Estados Unidos se estrenaba esta especie de apología del divorcio que narraba los secretos de un matrimonio décadas antes de Igmar Bergman. Samuel Dodsworth es un hombre hecho a sí mismo, que ha abierto camino en la industria del automóvil con su trabajo y tesón y, por supuesto, dedicando a esta labor todo su tiempo. Cuando llega el momento de retirarse, sale de viaje con su mujer, mucho más joven que él, y es cuando empieza a conocerla de verdad. Y lo que empieza a descubrir de ella, lo deja desconcertado. Y es que Fran no acepta la llegada de su madurez - pronto será abuela - y se dedica a flirtear con los sofisticados europeos que se le ponen a tiro, gente a la que estima muy superior al simplón y buenazo de su marido. Aunque tarda mucho en aceptar la situación, finalmente Samuel va a tomar la decisión adecuada y el público comprenderá que ciertos matrimonios no deben ser para toda la vida. 

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martes, 12 de octubre de 2021

MESAS SEPARADAS (1958), DELBERT MANN.

Basada en la obra teatral de Terence Rattigan, esta adaptación de Delbert Mann se aprovecha de su prodigioso reparto y de su elegante dirección para ofrecer una obra redonda que habla de la condición humana a través de una narración coral. Destaca la historia entre ese hombre caído en desgracia que se oculta del mundo en un apartado hotel y su exmujer (Burt Lancaster y Rita Hayworth). Son seres que no han sabido adaptarse al mundo y sus circunstancias y ahora viven con miedo, porque no quieren volver a experimentar las pesadas exigencias que impone la existencia en sociedad. Igual le sucede a un magnífico David Niven, que interpreta a un patético inadaptado que se inventa un pasado de héroe de guerra para suplir con algo de dignidad la vergüenza profunda que siente por sí mismo. Además, su arco argumental sería interpretado en la actualidad como profundamente políticamente incorrecto. Una obra hipnótica que merece más de un visionado.

P: 9

viernes, 8 de octubre de 2021

DOS MUJERES (1960), DE VITTORIO DE SICA.

Los desastres de la guerra bajo cierto prisma neorrealista se reflejan en esta magistral obra de Vittorio de Sica. Una mujer y su hija que intentan adaptarse a las circunstancias del conflicto en zona italiana, cuando la península estaba siendo invadida por los Aliados y defendida por los alemanes y por los italianos que quedaban fieles a Mussolini. Una película dura que se transforma en crudísima al final, con esta violación que hoy día no podría filmarse en los mismos términos que lo hizo de Sica hace sesenta años. Una enorme Sophia Loren y un Belmondo que da muy bien como italiano dan lustre a una de las mejores realizaciones del autor de Ladrón de bicicletas.

P: 9

miércoles, 6 de octubre de 2021

EL JEQUE BLANCO (1952), DE FEDERICO FELLINI.

Maravilloso debut cinematográfico de Fellini con una película en la que ya está presente gran parte de su estilo inimitable. La historia de esta pareja de recién casados - él con los pies en la tierra y ella con una vida oculta construida entre sueños de ficción - sirve al director italiano para contar una historia que, al principio, parece moverse entre lo fantástico y lo extravagante, para después darse de bruces con la realidad. El jeque blanco de las fotonovelas que lee la ingenua Wanda (magnífico Alberto Sordi) es solo una hermosa fachada que pronto se desmorona para mostrarnos a un ser vulgar y poco delicado. La película, que transcurre en un par de días en una Roma un tanto tenebrosa, es como un círculo que acaba en el mismo punto en el comenzó.

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lunes, 4 de octubre de 2021

EL SEÑOR DE LA GUERRA (1965), DE FRANKLIN J. SCHAFFNER.

Unos años antes de esa maravillosa película llamada El planeta de los simios, Franklin J. Schaffner trabajaron juntos en esta producción que quiere ser una traslación cinematográfica fiel de la vida en Europa en plena Edad Media. El señor de la guerra no se conforma con su sorprendente trama amorosa basada en el derecho de pernada del Señor frente a sus súbditos, también intenta profundizar en aspectos antropológicos y presenta una interesante visión de unas salvajes tierras normandas que todavía no se han adaptado a la doctrina cristiana y cuyos habitantes conservan sus tradiciones paganas. Una ambientación muy correcta para una película que quizá se encuentra un poco injustamente olvidada. 

P: 7

sábado, 2 de octubre de 2021

A PUERTA FRÍA (2012), DE XAVI PUEBLA.

La profesión de comercial ha tenido muy poca representación en el ámbito cinematográfico, con notables excepciones como Glengarry Glen Ross. Para muchos profesionales de este sector, su vida es una auténtica montaña rusa, pues las ventas dependen de muchos factores, algunos de los cuales no pueden ser controlados del todo por el vendedor. Aquí se nos presenta a un protagonista totalmente quemado, un comercial cuyos métodos toscos siempre le han funcionado (su fórmula estrella es llevar sus mejores clientes a prostíbulos), pero que ve que su existencia se va por el sumidero frente al empuje de compañeros más jóvenes. Una muy interesante película española, que trata el tema de forma valiente y que se nutre de la insospechada presencia de una estrella como Nick Nolte.

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sábado, 11 de septiembre de 2021

EL HIJO DEL CHÓFER (2020), DE JORDI AMAT. CIUDADANO QUINTÀ.

Si se hubiera producido un Me Too en la España de los noventa, sin duda Alfons Quintà hubiera sido uno de los señalados. Una de las características principales de este personaje que tan bien retrata Jordi Amat era su relación con el poder - fundamentalmente en el microcosmos catalán en el que se movía - y la sensación de impunidad respecto a todo lo que hacía. Quintà fue un hombre apasionado por ese periodismo al que entregó sus mejores años, pero también alguien muy temido por sus semejantes, ya por su carácter iracundo y grosero en las distancias cortas, ya por su conocimiento profundo de los entresijos y corruptelas de la política catalana. Aprovechándose de las conexiones de su padre, que gozó de una relación privilegiada con el pope de las letras catalanas Josep Pla, Quintà construyó una red de la relaciones que, junto a su falta de moralidad, le permitió gozar de un atalaya desde la que contemplar cómodamente todo lo que sucedía a su alrededor.

En su ejercicio periodístico nuestro protagonista demostró un olfato singular para escribir crónicas que incomodasen al poder, sobre todo respecto a esa muestra paradigmática de corrupción que fue el caso Banco Catalana. Es posible que, hasta su caída definitiva hace ya algunos años, el clan Pujol jamás se sintiese tan nervioso como con las informaciones que iba publicando Quintá, hasta el punto de que se llegó a llamar la atención a los responsables y al propietario del diario El País, como solo los políticos saben hacerlo. En este sentido, ese acto multitudinario de desagravio a Jordi Pujol se convirtió en todo un símbolo de la impunidad y de la superioridad del tribunal popular frente al Poder Judicial. Por desgracia, en nuestro país hemos podido contemplar más de un acontecimiento semejante. A partir de ese momento Pujol se proclamó el adalid de la moral frente a los poderes de Madrid, con lo que en cierto modo se dio vía libre al sistema corrupto en el que se convirtió la política catalana a partir de entonces.

Pero en uno de esos giros irónicos que tiene a veces la historia, el astuto Pujol consiguió convencer a su gran enemigo Quintà para que se uniera a sus filas: la dirección del nuevo canal autonómico TV3 era un caramelo demasiado dulce como para ser rechazado por un hombre tan ambicioso como Quintá. Gracias a su intuición y a su trabajo obsesivo consiguió crear una televisión moderna y muy valorada por quienes veían en ella un factor fundamental para crear sentimiento de pertenencia a la nación catalana. Pero su labor tuvo también sombras: su carácter dictatorial frente a sus subordinados, los gastos desmesurados en los que incurría y su fama de acosador sexual que no hizo sino acrecentarse en esta nueva etapa. Poco a poco Quintá fue cerrándose sobre sí mismo y quedándose sin amigos. Solo su última pareja aceptó quedarse junto a él cuando se sintió demasiado enfermo como para valerse por sí solo. El dramático final es bien conocido: asesinato de su mujer y suicidio, noticia que fue ampliamente difundida en su momento por diferentes medios de comunicación.

Jordi Amat ha sabido construir una narración en la línea de El adversario de Emmanuel Carrère, una crónica de no ficción que se lee como si fuera una novela, un relato que quizá tendría algo de inverosímil si hubiera sido inventado. El mismo autor, en las últimas páginas, reconoce sus influencias y comenta las dificultades a las que se tuvo que enfrentar a la hora de abordar la escritura de la biografía de un personaje tan singular: 

"El desafío era intentar ir más allá del suceso o del relato histórico para construir una narración, pero asumir al mismo tiempo que el ejercicio literario de ir hacia dentro del caso y el personaje era una forma de embrutecimiento. Implicaba no solo descubrir realidades turbias, sino también embrutecer de sordidez mi conciencia y la del lector."

domingo, 5 de septiembre de 2021

CONTRA LA CINEFILIA (2020), DE VICENTE MONROY. HISTORIA DE UN ROMANCE EXAGERADO.

Para muchos, incluido yo mismo, el cine constituye algo mucho más grande que una mera forma de entretenimiento. Cuando la película nos parece buena - y en contados casos, una obra maestra - es imposible abstraerse de lo que sucede en la pantalla y no vivir en cierto modo las mismas sensaciones que el protagonista. Por supuesto, esto es un fenómeno enteramente subjetivo. Lo que a algunos puede resultar fascinante puede convertirse en un aburrimiento insufrible para otros. Esta es la grandeza del cine, aunque no hay que olvidar que los críticos están ahí para recordarnos qué obras atesoran la suficiente calidad como para justificar una entrada de cine o un repaso de la misma en alguna plataforma de streaming:

"Más bien en contra de la excesiva manipulación de la realidad, el cinéfilo se inclina por explorar los vínculos secretos que conectan un lado y otro de la pantalla. No se conforma con contemplar desde el patio de butacas la imagen de un mundo embellecido y estético. Desea "desaparecer" en él. Cuando una película le gusta especialmente, siente que las imágenes anulan su juicio, le arrebatan, se sume en un estado de olvido parcial de sus penurias y dificultades. Se siente desplazado al interior de una película. Este sometimiento del ego a las imágenes goza de un gran prestigio y a veces llega a servir como vara de medir la calidad de una historia."

Como bien nos recuerda Vicente Monroy en este estimulante ensayo, el cine no solo puede provocar amor en el espectador. También puede dar lugar a sentimientos muy distintos que pueden llegar a lindar con la indignación o el odio. Todos hemos conocido a gente (seguramente cualquiera de nosotros ha adoptado ese papel en alguna ocasión), que defiende o ataca a una determinada película o director con una pasión desmesurada, lo que suele provocar que el resto de contertulios callen o le den la razón con tal de no discutir frente a un discurso tan vehemente. 

El propio autor confiesa haber sido así en su juventud, alguien obsesionado en visionar toda la historia del cine y cuyos juicios al respecto eran inapelables. Entrar a una sala de cine podía ser un aislamiento completo de la realidad que podía prolongarse durante horas después de terminada la película. A partir de esta idea casi religiosa de la relación del espectador con la pantalla, Monroy hace un repaso de los numerosos profetas que han dado al cine por muerto en un momento u otro del siglo XX, algo que se sigue repitiendo puntualmente en nuestros días. 

En cualquier caso, el lector de Contra la cinefilia tiene la impresión de que existe una especie de resentimiento por parte del autor contra una pasión que acabó convirtiéndose en tedio para él, quizá porque la abordó en su momento con excesiva desmesura. La solución quizá sea compatibilizar cine y vida y, al igual que sucede con la literatura, saber sacar provecho de las lecciones que podemos extraer de las mejores ficciones. Hay que resignarse a que una vida humana es insuficiente para ver o leer todo lo que nos gustaría, porque existen otras responsabilidades, quizá no tan estimulantes, pero necesarias para llevar una existencia equilibrada. Personalmente me quedo con las ventajas que ofrecen actualmente plataformas como Filmin, en las que uno puede acceder a títulos cuyo acceso hasta hace poco era muy complicado. El cine es pasión, pero también hay que reivindicarlo como diversión.