jueves, 14 de julio de 2011

MARTY (1955), DE DELBERT MANN. EN BUSCA DEL AMOR.


El otro día cuando estaba visionando "Grupo salvaje", cada vez que aparecía Ernest Borgnine en escena me acordaba de "Marty" y reconocía en él a un gran actor, el que es capaz de abordar papeles tan diferentes y hacer creibles a sus personajes.

Marty es ante todo un ser noble y bondadoso. Trabaja en una carnicería, aunque hubiera podido terminar estudios universitarios si sus circunstancias vitales hubieran sido distintas. Pero su mayor frustración es, a sus treinta y cuatro años, no haber encontrado una mujer con la que vivir una relación amorosa, tal y como no cesan de repetirle las clientas de la carnicería. Para Marty las salidas nocturnas con sus amigos son una auténtica tortura, pues, tal y como expresa el cartel de la película, se siente solo en medio de una multitud.

Una noche, sorpresivamente, conoce a una muchacha con un alma parecida a la suya. Congenian y gozan de una larga conversación. Yo siempre he estado convencido de que el amor surge de la conversación. También son dos largas conversaciones una obra maestra posterior que se divide en dos partes: "Antes del amanecer" (1995) y "Antes del atardecer" (2004), ambas de Richard Linklater. Son películas que exploran los más íntimos sentimientos humanos y la necesidad de encontrar un ser afín a quien comunicarlos.

Él está encantado, pero sus amigos piensan que ella es un adefesio y a su madre tampoco le hace gracia que se trate de una mujer con estudios. El típico miedo de todas las madres ante las mujeres que se salen de su papel tradicional. Marty es un mar de dudas ¿debe renunciar a lo que cree será su felicidad y dejarse llevar por opiniones ajenas?

Lo más asombroso de "Marty" es que se trata de la película más sencilla posible, cuyo argumento es uno de esos pequeños dramas cotidianos que se sufren íntimamente y que los demás no pueden llegar a entender del todo. Betsy Blair también está perfecta en un papel que volvería a repetir (pero esta vez añadiendo a la fórmula la crueldad española) en otra de mis películas favoritas: "Calle Mayor" (1956), de Juan Antonio Bardem.

Les recomiendo encarecidamente que visionen todas estas películas si quieren comprender un poco mejor ese sentimiento tan humano y tan escurridizo que es el amor. Para mí "Marty" fue un descubrimiento hace años, una de esas películas que uno empieza a ver sin saber muy bien de que va el asunto y que al final quedan para siempre en la memoria. Por suerte ahora puedo volver a verla cada vez que me apetece.

3 comentarios:

  1. De Marty no hay que olvidar el importante detalle de que fue una obra escrita originalmente para la televisión de los años 50. Es decir, se hizo con cuatro perras, y luego ganó el oscar. El guionista ganaría tres veces el Oscar al mejor guión original. Y aunque la historia pasa entre neoyorkinos de origen italiano, era judío, por supuesto.

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  2. Vi Marty por primera vez cuando era adolescente, me dejó tan marcada sentimentalmente que la volví a ver en mis primeros años de cinéfila, cuando lo que estaba bien "visto" era acudir a los cineclubs universitarios a ver el cine que no podíamos ver en otras salas y desesperarnos con algunos de los artículos de Dirigido por que rayaban a veces en lo ininteligible y rebuscado. Es una película que me ha acompañado siempre y es una demostración de que un cine sencillo, bien narrado, cuidado en sus detalles y con buenas interpretaciones no tiene nada que envidiar al que se nos presenta como "cine de autor" (¿?)

    Un abrazo
    Victoria)

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  3. Veo que no soy el único que le tiene un cariño especial a esta película...

    Un abrazo a los dos.

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