martes, 10 de noviembre de 2009

MI QUERIDA SEÑORITA (1971) DE JAIME DE ARMIÑÁN. EL HOMBRE HEMBRA.


La mejor manera de homenajear a un actor no es realizar un reportaje de tres minutos en el telediario con los consabidos tópicos referentes al mismo y conectar en directo con la cola de ciudadanos que van a darle su último adiós en la capilla ardiente, para comprobar su extensión. La mejor manera de homenajear a un actor es visionar alguna de sus películas y disfrutar con atención de su trabajo, comprobar por qué, en este caso, José Luis López Vázquez, con tantas de las llamadas "españoladas" en su haber, en las que solía interpretar al mismo personaje, es uno de los mejores intérpretes que ha dado nuestro cine. "Mi querida señorita" constituye un ejemplo de actuación prodigiosa, que queda en la memoria hasta mucho tiempo después de su visión, de las que uno se promete volver a ver de vez en cuando.

Cuenta Jaime de Armiñán que la película fue concebida única y exclusivamente para ser interpretada por él. El actor tenía sus dudas y estuvo varios días pensándoselo. No era para menos, pues se trataba de un personaje sorprendente: un varón que se ha creído mujer durante toda su vida y actúa en consecuencia. Su mayor lucha es la represión de su atracción sexual hacia el sexo femenino: toda un torpedazo a la linea de flotación de la moral franquista. Al director le causó una sorpresa absoluta que la censura no tocara ni una linea del guión: en estas cosas de la censura, como en todo, había que tener suerte, pero, visto desde la lógica franquista, o el censor encargado era un liberal encubierto o andaba algo despistado ese día, pues el caso es que no realizó correctamente las (siniestras) tareas que tenía encomendadas.

La visión de "Mi querida señorita" resulta una actividad fascinante, y puedo imaginarme que en su día sería piedra de escándalo para mucha gente. José Luis López Vázquez hace creible un papel a priori inverosímil y dota a su personaje de una humanidad absoluta.
La valiente decisión de Adela/Juan constituye un triunfo de la verdadera identidad y un alegato a favor de la libertad individual, dibujado en un clima de final de franquismo perfectamente conseguido. Su final es tan sorprendente como lógico, pues cierra un círculo que ha durado muchos años. Aunque el peso de la trama es llevado por la increible actuación de su protagonista, no hay que olvidar a sus memorables secundarios: Julieta Serrano, Antonio Ferrandis , Lola Gaos o Chus Lampreave. Una rara joya del cine español.

2 comentarios:

  1. Una joya como tantas otras no reconocidas del cine español. Además valiente, clara y contundente. Hay unas cuantas películas metidas dentro del saco de la españolada sin más motivo que el hecho de ser españolas y que merece la pena ver.
    Besos
    Victoria

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  2. Desde luego que hay muchas joyas ocultas en nuestra filmografía. Yo últimamente he descubierto más de una. Saludos.

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