jueves, 22 de octubre de 2009

EXPIACIÓN.


Quizá algún lector se confunda, sabiendo como se las gasta este blog, y crea que el título se refiere a la obra maestra literaria de Ian McEwan. Pero no. Aquí hablamos de una expiación muy diferente. Observen la foto, publicada hoy en el diario El País. El presidente Camps ya empieza a reformarse. Parece que ha dejado sus malas relaciones con algunos amiguitos (del alma) a los que quería (un huevo), para entregarse con expresión arrobada, a la que parece ser su auténtica vocación: la caridad.

Podemos observar como don Francisco echa una mirada de complicidad a los representantes de sus nuevos amigos (del alma): los parias de la Tierra. Se acabaron los trajes de Milano y los contratos inflados para que no le falte de nada a su Santidad en su piadosa visita a Valencia: llegaron tiempos de austeridad y de limpieza de imagen. Qué buena foto, capaz de convencer al más escéptico de que en realidad nos encontramos ante un Santo que, como San Agustín, empezó su carrera siendo un descarriado, pero luego tuvo tiempo de rectificar y ser ejemplo de santo y sabio. Este es el nuevo camino de redención del presidente Camps. Con gran sacrificio, ahora ya no destina parte del dinero público a él y a sus amiguitos (del alma), sino que lo ofrece para obras de caridad. Qué gran hombre, qué gran estadista. Pronto tendrá su espacio en las crónicas de vidas ejemplares, como ejemplo edificante para las jóvenes generaciones.

2 comentarios:

  1. Seguro que usa un buen cemento dental para que la sonrisa no se le caiga y quede evidencia que era falsa.Miras la foto y ya hueles azufre!

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  2. Sí la foto es buenísima, saca a relucir la personalidad de Camps, con esa sonrisa tan naturalmente forzada.

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