lunes, 17 de agosto de 2009

TODOS ESTAMOS INVITADOS (2008), DE MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN. ANATOMÍA DEL MIEDO.


No voy a comenzar diciendo las típicas palabras que calificarían esta cinta como "imprescindible" o "necesaria". Si nos atenemos a los valores estrictamente cinematográficos de esta obra nos encontramos ante un trabajo estimable, pero fallido. Los personajes están demasiado estereotipados, apenas tienen matices. Quizá en el caso de los etarras esa sea la tristísima realidad y sean realmente así, una especie de muchachos no muy inteligentes a los que unos señores más listos que ellos les ha lavado el cerebro para que crean que luchan a favor de un pueblo oprimido. El caso del profesor que interpreta José Coronado más que un asunto de valentía, lo es de temeridad. Conociendo la situación del lugar donde vive y trabaja, sabe que unas declaraciones tan honestas son una especie de condena a muerte: primero civil y después física. El profesor debería aprender de los dirigentes del PNV, que a base de ambigüedades y dobles sentidos en sus palabras llevan años sacando réditos políticos.

Si comentamos la película objetivamente, sin atenernos a criterios artísticos, hay que decir en primer lugar que es un retrato valiente de una situación, la del País Vasco, donde, digámoslo claro, la democracia no funciona como en el resto del país. La libertad de expresión está vetada en esos territorios, controlados por una mafia del pensamiento que, si bien son una minoría, amedrentan a todo el mundo, como bien refleja la película. Es muy buena la escena en la que el profesor es amenazado públicamente por su propio amigo en un banquete y el resto de comensales hacen como que no escuchan. Una metáfora de la situación de una sociedad enferma. Yo no vivo allí, pero en una visita que hice hace algunos años pude advertir una atmósfera enrarecida, una especie de ley del silencio. Supongo que si me tocara trabajar allí, tendría que tener cuidado, como todos. Pocas personas sienten la vocación de ser héroes.

En cualquier caso, como ya dije en una entrada anterior, los telediarios engrandecen constantemente a estos "luchadores de la libertad". Cualquier acción que en otro lugar sería calificada como meramente de gamberrismo allí se denomina pomposamente "lucha callejera", a la mafia se le denomina "grupo terrorista" o "movimiento de liberación vasco", según quien se refiera a ellos y los asesinatos son siempre notorios, noticias de portada, lo cual engrandece a los asesinos y da lugar a declaraciones tópicas de unos y otros que siguen haciendo girar la misma rueda de siempre. Al final siempre acaban pagando los ingenuos que se atreven a llamar las cosas por su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario