viernes, 30 de enero de 2009

PACÍFICO, DE JOSÉ ANTONIO GARRIGA VELA. LOS DUEÑOS DE LA DESGRACIA.


(Libro comentado ayer en el club de lectura de la librería Cincoechegaray, con presencia del autor).

Pocas veces se goza de la posibilidad de charlar con un autor el día después de leer su novela, y más si estamos hablando de un escritor ya consagrado como José Antonio Garriga Vela, al que edita nada menos que la exigente editorial Anagrama.

"Una noche mi padre y el señor Nogueira se pusieron a hablar de héroes en la sobremesa. Mi padre proclamó que Paulino Uzcudun era el dueño del ring, Juan Manuel Fangio de los circuitos y Joaquín Blume de las anillas. Sebastián interrumpió la conversación:
- Y nosotros, papá, ¿de qué somos dueños?
Mi padre se quedó pensativo y luego respondió con tono solemne:
- Nosotros, hijo, somos dueños de la desgracia.
Mi padre ignoraba que ese instante acababa de predecir el futuro, pero no el futuro inmediato como hacía el señor Nogueira todas las noches, sino el que aún nadie, en ninguna parte del mundo, podía imaginar (...)"

Esta frase "nosotros somos los dueños de la desgracia", escuchada en un viaje en autobús, sirvió al autor como principal detonante de su novela. Una novela truculenta, como me ha escrito en la dedicatoria, dotada de unos personajes con una actitud pasiva ante la vida, que no luchan, fatalistas que se resignan a su suerte. Tenía curiosidad por preguntarle si él personalmente compartía esta actitud y me contestó que en parte sí, que él ante todo se definía como un ser pacífico, como el título de la novela y que si le hubiera ocurrido lo mismo que a Sebastián, ser acusado de un crimen no cometido y encarcelado, se hubiera resignado de manera parecida al personaje al que definió como "un santo Job".

Consultado por un compañero acerca de su técnica literaria, Garriga Vela no se definió como un escritor metódico, que esquematiza la trama antes de ponerse a escribir. Más bien él improvisa, la trama va surgiendo mientras escribe y nunca sabe bien lo que va a ocurrir en la página siguiente. Cuando está escribiendo una novela, para él es una manera de vivir. El escritor es un ser ensimismado, que vive en otras realidades, absorto permanentemente en una trama ficticia, pero de la que es padre, por lo que tiene que atender a sus criaturas.

A mí me había interesado particularmente la lograda descripción que hace de la morgue de un hospital y del mundo de los trabajadores nocturnos. Se rió cuando le pregunté si había trabajado en algo parecido. Nunca lo había hecho. Solamente se asesoró con algún conocido.

La trama de la novela resulta interesante y original. La desgracia va lastrando poco a poco a todos los miembros de la familia y el lector asiste estupefacto a la resignación de sus miembros. El espacio geográfico resulta muy pequeño (casi todo el argumento transcurre en una sola calle), pero ahí caben varias vidas. Y la conclusión final es que la literatura puede redimirnos. El libro que escribe el narrador es un reflejo de su vida, sí, pero a la vez un refugio, una esperanza. Los personajes seguirán evolucionando fuera de la novela y nosotros, como lectores, podemos imaginar que las cosas les irán bien a partir de ese momento.

Personalmente quiero agradecer al autor su cordialidad. Demostró ser una persona sencilla y cercana a sus lectores.

Desde aquí quiero agradecer personalmente al autor su actitud abierta, cordial y cercana.

4 comentarios:

  1. me ha gustado mucho el comentario.

    ¿el que acabe sin punto significa que habrá continuidad o que ha quedado a medias?

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  2. Muchas gracias, Norberto. Es un libro que se lee de un tirón. Ya he solucionado lo del punto, que despistado soy... Saludos.

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  3. SALUDOS MIGUEL ANGEL, TOMO NOTA DEL AUTOR Y DEL LIBRO, QUE PROMETE SER INTERESANTE."RAIN" RESULTÓ SER UNA SOSPRESA MUY AGRADABLE,ASI QUE TE LA RECOMIENDO PARA UNA PROXIMA OCASIÓN.
    EL CIRQUE ELOIZE NOS ATRAPÓ A TODOS CON SU MAGIA.Y ME HIZO VOLVER A SENTIR ESA SENSACIÓN DE JUEGO ABSOLUTO QUE ES LA VIDA.
    BEGOÑA.

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  4. Gracias, Begoña, saludos a tí también. El libro merece mucho la pena y se lee en un suspiro. Lo del Cirque Eloize me lo dejo anotado para cuando vuelvan por Málaga.

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